El BOJ mantiene política monetaria ultralaxa

El Banco de Japón (BOJ, por su siglas en inglés) mantuvo sus medidas de relajación monetaria, a medida que aumentan las especulaciones sobre un cambio de su postura ultralaxa.

Tras una reunión de política monetaria de dos días, los miembros del consejo decidieron mantener las tasas de interés en territorio negativo (-0.10%), una anomalía mundial que ha depreciado el yen, al tiempo que dejaron sin cambios la banda en la que fluctúan las tasas de los bonos del Estado a 10 años.

Los analistas pronosticaron que el BOJ se mantendría impasible, en parte para evitar nuevos trastornos tras el terremoto que en Año Nuevo causó la muerte de al menos 233 personas en el centro de Japón.

Sin embargo, se espera que el gobernador del banco central japonés, Kazuo Ueda, se aleje de la política flexible, que los economistas consideran insostenible.

Tras el anuncio de la política, Ueda sugirió que no se vislumbra un cambio importante en el horizonte.

“Incluso si, hipotéticamente, la tasa de interés negativa se incrementa, podemos decir que el fácil entorno financiero continuará por el momento”, dijo a la prensa.

La probabilidad de que Japón alcance el objetivo de una inflación de 2% “aumenta gradualmente”, afirmó Ueda.

La inflación en Japón, excluidos los alimentos frescos, se ralentizó en diciembre hasta 2.3 por ciento.

El BOJ considera que los aumentos se deben a factores temporales, como el encarecimiento de la energía, y en su lugar quiere ver un “círculo virtuoso” de inflación alimentado por la demanda y el aumento de salarios.

El BOJ también revisó a la baja su previsión de inflación para el próximo ejercicio, de 2.8 a 2.4 por ciento.