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Ethos: es necesario evaluar los tratamientos preferenciales en el sistema fiscal
Este año el gobierno renunciará a recaudar 1.42 billones de pesos o 4.2% del PIB por todos los beneficios fiscales que hay en México.
Entre más renuncias recaudatorias existen, hay menores ingresos”.
Liliana Alvarado, directora general del centro de investigación Ethos.
En el 2024, las renuncias recaudatorias del fisco mexicano ascenderán a 4.2% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional; sin embargo, es necesario que se evalúe si los distintos tratamientos preferenciales que se otorgan en el sistema fiscal están bien focalizados y sobre todo si se cumple con los objetivos para los que fueron creados.
Así lo dijo Liliana Alvarado, directora general del centro de investigación Ethos Innovación en Políticas Públicas, que en un análisis explica que las renuncias recaudatorias son disposiciones del gobierno que reducen la cantidad de impuestos que pagan individuos y empresas.
“Por tanto, entre más renuncias recaudatorias existen, hay menores ingresos”, de acuerdo con Ethos.
Según el centro de investigación, los gobiernos utilizan estos instrumentos para cumplir con ciertos objetivos de política pública, como promover la inversión, disminuir el desempleo o reducir la contaminación ambiental.
Algunos de estos instrumentos son tasas diferenciadas de impuestos, exenciones, subsidios, créditos fiscales, facilidades administrativas, estímulos fiscales, deducciones autorizadas, regímenes especiales y diferimientos.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público calcula que por estos tratamientos preferenciales que se otorgan durante el presente año el gobierno dejará de recaudar en total un billón 419,502 millones de pesos en impuestos.
En IVA, la mayor renuncia
La mayor renuncia recaudatoria se dará por las tasas reducidas de Impuesto al Valor Agregado (IVA), tratamiento preferencial por el cual el gobierno dejará de recaudar un total de 532,699 millones de pesos, lo que equivale a 1.57% del PIB nacional.
Liliana Alvarado comentó que en realidad, algunos de los tratamientos preferenciales que hay en México no cumplen con los objetivos para los que fueron creados, pues, por ejemplo, en lugar de beneficiar a la población de menores ingresos, terminan por beneficiar a los que más tienen, como es el caso de la tasa 0 de IVA a alimentos y medicinas.
Igualmente señaló que los estímulos fiscales a las gasolinas o las deducciones de Impuesto Sobre la Renta (ISR) empresarial son otros ejemplos de tratamientos preferenciales que no están siendo bien focalizados, pues terminaron beneficiando a las personas o empresas de mayores ingresos, cuando no fueron creados con ese objetivo.
En el 2024, el gobierno renunciará a recaudar 489,781 millones de pesos (1.44% del PIB) por las tasas 0 de IVA a alimentos y medicinas; mientras que por estímulos fiscales (a gasolinas, por nearshoring, etc) la pérdida será de 338,621 millones de pesos o 1% del PIB.
“Estos tratamientos preferenciales suelen irse acumulando, porque digamos que en algún momento se consideró que era necesario darle un beneficio a tal o cual actividad; pero luego esos tratamiento preferenciales se quedan en el tiempo y no se evalúa si realmente cumplen con el objetivo con el que fueron creados.
“En México, y en otros países, tenemos esa mala práctica de no evaluar. Entonces se van acumulando las pérdidas recaudatorias año con año y a eso se le suman las pérdidas por los nuevos tratamientos preferenciales que se van introduciendo, lo que hace que la pérdida para el fisco cada vez sea más grande”, aseguró la directora de Ethos.
Las renuncias recaudatorias han aumentado en los últimos años. En el 2018, último año del sexenio de Enrique Peña Nieto, ascendieron a 864,604 millones de pesos o 3.7% del PIB nacional, es decir, que en seis años, han crecido medio punto porcentual del PIB.
Liliana Alvarado mencionó que las renuncias recaudatorias por tratamientos preferenciales son un gasto indirecto para el gobierno federal y que para saber si este gasto es elevado o no, se necesita evaluar si se están dando los resultados esperados.
“Aquí lo importante es qué estamos recibiendo como resultado de este gasto indirecto. Si este gasto está dando esos resultados que se buscaban entonces no hay problema, pues se está generando empleo, están bien focalizados y están beneficiando a quienes se quería beneficiar.
“Necesitamos saber si se cumplen los resultados para entonces determinar si este gasto indirecto por las renuncias recaudatorias es mucho o no”, concluyó.
En su análisis, Ethos hace un llamado a no sólo evaluar los resultados de las tratamientos preferenciales, sino que incluso urge a que se rediseñen o eliminen los aquellos que no están cumpliendo con sus objetivos.
Para el 2025, las renuncias recaudatorias ascenderán a 1.5 billones de pesos o 4.11% del PIB.
En comparación con el 2022, las renuncias se redujeron, pues en ese año el fisco dejó de recaudar el equivalente a 4.8% del PIB. La disminución se dio en buena medida gracias a una caída de 95% en el subsidio fiscal a las gasolinas y el diésel, ya que ese año el gobierno se vio obligado a otorgar amplios apoyos a los combustibles para estabilizar los precios en México ante las disrupciones que sufrió en mercado internacional del petróleo por el inicio de la guerra en Ucrania.