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Impuestos verdes para paliar el calentamiento global y cambio climático
Entre las actividades sujetas de impuestos ambientales en el país, destacan la compra de ciertos combustibles o de vehículos nuevos.
En esta década, el cambio climático y el calentamiento global como consecuencia histórica de las actividades antropogénicas, son algunos de los mayores desafíos que han cobrado mayor relevancia en las economías alrededor del mundo, por lo que ha surgido la necesidad de diseñar políticas públicas, como respuesta desde la acción gubernamental para incentivar procesos de mitigación y adaptación, que permitan la transición justa, incluyente y equitativa a economías bajas en carbono.
“En México, a nivel federal y estatal las autoridades han decidido impulsar diferentes mecanismos para paliar estas afectaciones y han echado mano de algunos impuestos ambientales con el propósito de mitigar ese impacto al medio ambiente, a través de los cuales gravan a personas físicas o morales con mayor potencial de afectación al ambiente, donde a través de una penalización se desincentivan dichas conductas que representan un riesgo ambiental”, destacó en entrevista Luis Felipe Muñoz, Socio Líder de Impuestos Internacionales de PwC México.
Entre las diversas actividades que se citan como sujetas de impuestos ambientales en el país, destacan la compra de ciertos combustibles o de vehículos automotores nuevos, la extracción y aprovechamiento de materiales pétreos, suelo y subsuelo, la descarga no controlada de aguas residuales con concentraciones de contaminantes fuera de parámetros a diferentes cuerpos receptores, suelo y subsuelo, la emisión de contaminantes a la atmósfera, entre otros.
“En México la legislación es escasa en temas de impuestos ambientales que se reduce a IEPS combustibles y uso de pesticidas/plaguicidas, con los que se busca paliar o desincentivar actividades que dañen el ambiente, por ejemplo en el tema del agua, el que contamine más, que pague más impuestos”, agregó el Socio Líder de Impuestos Internacionales de PwC.
En cuanto a las áreas de oportunidad de estos impuestos verdes son grandes porque se pueden aplicar a todas las industrias, sobre todo a las altamente contaminantes, pues los impuestos van más allá de la búsqueda de mitigar el impacto ambiental o de la emisión de gases a la atmósfera, existiendo también dos áreas a su vez, las preventivas y las reactivas.
En las reactivas, como su nombre lo indica se busca reaccionar en los estados con impuestos ambientales para visualizar si sus actividades se ubican dentro de los impuestos y cumplir con ellos, mientras las preventivas es que donde no existe un impuesto ambiental, se impulse la prevención para que el proceso productivo sea una oportunidad para mitigar el impacto ambiental, antes del impuesto, tomar cartas para minimizar su impacto y que las empresas lleguen a una reflexión para mitigar su impacto al ambiente, reduciendo sus niveles de contaminación.
“Existen dos grandes retos en este tema, que incluye adaptarse a nuevas tendencias como tener una estrategia clara en ESG y el siguiente reto es adaptarse a los impuestos ambientales, cumplir con la legislación impuesta por las autoridades y cumplir con las obligaciones administrativas”, destacó Luis Felipe Muñoz.
Para el vocero, el éxito de la implementación de los impuestos radica en el daño que se puede hacer o dejar de hacer al ambiente, se debe generar conciencia y ayudar a que tengamos un menor impacto ambiental, no solo los jefes o accionistas tienen la obligación de reducir el impacto, como empleados también hay obligaciones y responsabilidades.
