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Inflación de China sufre la caída más pronunciada desde el 2009
El índice de precios al consumo de China cayó 0.8% en enero con respecto al año anterior, tras un descenso de 0.3% en diciembre, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas.
Los precios al consumo de China sufrieron en enero su mayor caída en más de 14 años, mientras que los precios al productor también bajaron, lo que subraya los persistentes riesgos deflacionistas a los que se enfrenta la segunda mayor economía del mundo en su lucha por recuperarse.
El índice de precios al consumo (IPC) cayó 0.8% en enero con respecto al año anterior, tras un descenso de 0.3% en diciembre, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). El IPC subió 0.3% mensual, frente al repunte de 0.1% del mes anterior.
Los economistas consultados por Reuters habían previsto una caída anual de 0.5% y un aumento mensual de 0.4% por ciento. El descenso anual del IPC en enero fue el mayor desde septiembre del 2009.
La segunda economía más grande del mundo ha luchado por recuperar el impulso desde el fin de las restricciones por Covid-19 a finales del 2022. Comenzó el año con un bajón, y una encuesta oficial mostró que la actividad de las fábricas se contrajo en enero, ya que la confianza sigue siendo débil en medio de una recesión inmobiliaria, los riesgos de la deuda de los gobiernos locales y la débil demanda mundial.
“Los datos del IPC de hoy muestran que China se enfrenta a una persistente presión deflacionista”, declaró Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management. “China necesita tomar medidas rápida y agresivamente para evitar el riesgo de que la expectativa deflacionista se afiance entre los consumidores”.
China lleva luchando contra la desaceleración de los precios desde principios del año pasado, lo que obligó a los responsables políticos a recortar las tasas de interés para estimular el crecimiento, incluso cuando muchas economías desarrolladas estaban centradas en controlar una inflación obstinadamente alta.
La inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, aumentó 0.4% respecto al año anterior, por debajo de 0.6% de diciembre.
El IPC subió 0.2% el año pasado, por debajo del objetivo oficial de alrededor de 3%, con lo que la inflación real se situó por debajo de los objetivos anuales por duodécimo año consecutivo.
Los economistas de Citigroup señalaron en una nota de investigación la semana pasada que esperan una leve reflación en el 2024, y prevén una inflación del IPC de 1.2% anual.
“Los impulsores cíclicos del IPC podrían dar un giro en el 2024, mientras que la fuerza de su reflación dependería de la recuperación de la confianza de los consumidores”.
El índice de precios a la producción (IPP) bajó en enero 2.5% respecto al año anterior, tras caer 2.7% el mes anterior y frente a 2.6% previsto en la encuesta de Reuters.
Los precios de fábrica bajaron 0.2% respecto al mes anterior, tras caer 0.3% en diciembre. La prolongada deflación de las fábricas amenaza la supervivencia de los pequeños exportadores chinos, que se ven inmersos en incesantes guerras de precios por un negocio cada vez más reducido.