Las stablecoins, ¿una solución a la volatilidad de las criptomonedas?

Frente a la extrema volatilidad de las criptomonedas, las stablecoins, monedas virtuales de cambio fijo, cada vez seducen a más internautas. Pero su tentadora estabilidad va acompañada de interrogantes sobre su fiabilidad.

En los últimos 12 meses, el precio de las stablecoins se duplicó, pasando de 1,400 millones de dólares a 3,000 millones, según un estudio publicado por Blockchain, un proveedor de cuentas para criptomonedas.

Las criptomonedas se utilizan poco para comprar productos o servicios debido a su alta volatilidad y tienen un interés esencialmente especulativo. Pero, al solucionar este problema de volatilidad, las stablecoins podrían extender el uso de las monedas virtuales, dice Garrick Hileman, responsable de investigación de Blockchain.

En opinión de Tom Shaughnessy, cofundador de Delphi Digital, una asesoría sobre criptoactivos, el desarrollo de las criptomonedas pasa por la posibilidad de que los usuarios puedan, por ejemplo, pagar un café con ellas, lo que hoy día está lejos de producirse debido a su volatilidad.

El bitcoin, la primera y principal moneda virtual,  multiplicó su precio por 15 en el 2017 antes de perder 80% de su valor.

Fijadas al dólar

Como prueba de que la perspectiva de criptomonedas estables suscita entusiasmo, el banco estadounidense J.P. Morgan anunció la semana pasada el futuro lanzamiento del JPM Coin. Fijado al dólar, éste se reservará en un primer momento a los inversionistas institucionales.

Según un estudio de Blockchain, hay actualmente 26 stablecoins en circulación y otras 28 en desarrollo.

Existen varias formas de garantizar su cambio. La más sencilla es fijar la criptomoneda a una divisa tradicional, emitiendo cada una de ellas, por ejemplo, contra un dólar, que es conservado en sus reservas por la entidad emisora. Cuando un usuario quiere recuperar su inversión, se le devuelve su dólar y se destruye la unidad de stablecoin que sirvió de contrapartida.

También se puede garantizar su precio automatizando la creación y destrucción de unidades en función de la oferta y la demanda.

Actualmente, el rey de las stablecoins se llama tether y está fijado al dólar. Representa más de 95% del volumen de intercambios del conjunto de las criptomonedas sin volatilidad y 69% de su valorización.

Es la segunda moneda virtual en volumen de intercambios diarios, por detrás del bitcoin, según la web especializada Coinmarketcap.

Sin embargo, Hileman señala que no tiene realmente sentido comparar monedas virtuales históricas y stablecoins, porque, afirma, son más complementarias que competidoras: las primeras tienen un valor de reserva, como el oro, mientras que las segundas sirven para pagos comerciales.

Sin embargo, estas últimas tampoco escapan a la polémica, como el bitcoin, cuya reputación sufrió las consecuencias de su uso para fines ilegales como el blanqueo.

Bajo sospecha

Desde su creación en el 2014, el tether nunca ha logrado desligarse de las sospechas de manipulación. Algunos observadores sospechan que la empresa emisora, la plataforma de cambio Bitfinex  puso en circulación más unidades de tethers que los dólares que recibió a cambio. Pese a reiteradas peticiones, la empresa nunca ha publicado sus cuentas.

Un estudio de la Universidad de Texas reveló que en los momentos en que la cotización del bitcoin se desplomaba se registraron compras masivas de esa criptomoneda con tethers, lo que permitió limitar la caída de la primera y sospechar de manipulación de precios.

Las stablecoins tienen dos grandes defectos: la fiabilidad de la entidad emisora y el carácter centralizado de su funcionamiento, señalaron hace algunos meses los analistas de la  firma especializada en productos de inversión Intelligent Trading.

El 2018 estuvo marcado por el fracaso de Basis, un proyecto de criptomoneda no volátil y descentralizada: tras haber recaudado 133 millones de dólares en abril, un récord para una stablecoin.