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Economía

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Los mercados otorgan a López Obrador el beneficio de la duda

Mantener prudencia en política fiscal será clave para la nueva administración.

La incertidumbre sobre quién encabezaría la Presidencia de México a partir del 1 de diciembre quedó atrás; ahora, los mercados financieros comenzarán a tomar sus propias decisiones sobre cómo conformarán sus portafolios de inversión, siguiendo de cerca las decisiones que tome el nuevo mandatario y sus principales estrategas económicos en los próximos meses.

Tipo de cambio

A las 8 de la noche, apenas se dieron a conocer los resultados de las encuestas de salida, donde se apreciaba una holgada votación a favor del candidato Andrés Manuel López Obrador, el tipo de cambio ya daba las primeras señales, el peso había recuperado 11 centavos frente al dólar al cotizarse en 19.80. A las 9 de la noche bajó a 19.75 y a las 10 de la noche alcanzó los 19.64 pesos por dólar.

En los días subsecuentes, las reuniones que sostuvo el virtual ganador de la elección presidencial con el presidente Enrique Peña Nieto y el sector empresarial influyeron de manera positiva en el desempeño que la divisa azteca tuvo a lo largo de la semana.

De acuerdo con Sura Asset Management México, el discurso de certidumbre emitido por el candidato de Morena la noche del domingo 1 de julio, sobre cómo se conducirán las finanzas públicas, la independencia del Banco de México y la apertura comercial que prevalecerá en la agenda pública fue conciliatorio y abonó a la tranquilidad de los mercados.

“Toda esta cadena de eventos ha generado un clima de mayor certidumbre y por ende de mayor apreciación en el tipo de cambio. Nosotros pensábamos que algo así podía suceder en caso de un triunfo de López Obrador, es decir, en caso de que ganara la Presidencia tendríamos un discurso que se consideraría como favorable y entonces podríamos ver movimientos positivos en los distintos mercados financieros locales, lo cual así ha venido sucediendo y podría continuar en los próximos días o semanas”, indican.

Mercados financieros

Asimismo, los analistas económicos de Sura no prevén en el corto plazo una venta masiva de bonos, caídas en la Bolsa y alzas estrepitosas en las tasas, por el contrario, observan que dichas variables hasta ahora han tenido un comportamiento muy ordenado.

“Contrario a lo que los inversionistas locales esperaban o creían, los primeros comentarios que hemos tenido muestran pragmatismo político, responsabilidad fiscal y unidad nacional, así lo imaginábamos nosotros desde hace meses”, señalan.

Estiman que los próximos seis meses serán cruciales, ya que los inversionistas seguirán muy de cerca cualquier declaración o acción que vaya en sentido contrario a lo dicho en el discurso emitido el pasado 1 de julio y ratificado por su principal equipo económico-financiero.

“El mercado parece estar dispuesto a darle el beneficio de la duda a la nueva administración, por lo que los mercados locales podrían seguir teniendo un buen comportamiento relativo. ¿Relativo a qué?, sería la pregunta. A otros mercados emergentes y desarrollados, todo mientras no tengamos noticias que ahuyenten a los capitales foráneos, pero tampoco podemos perder de vista el contexto global, ya que el deterioro en los mercados financieros podría seguir estando más influenciado por lo que suceda fuera de nuestras fronteras, así que tampoco hay que echar las campanas al vuelo”.

Política fiscal

Por su parte, Alonso Cervera, economista en jefe para América Latina de Credit Suisse, anticipa que para el primer año de gobierno de López Obrador, habrá una política fiscal inercial, con un superávit primario de poco menos de un punto porcentual del PIB y un déficit consolidado del sector público de hasta 2% del PIB que sería bien recibido por los mercados.

Señala que la propuesta de presupuesto 2019 que se enviará al Congreso antes del 15 de noviembre y que se aprobará antes del 31 de diciembre (elaborado en conjunto por el gobierno de Enrique Peña Nieto y el de transición) respetará la autonomía del Banco de México con la única contribución de nombrar a los cinco miembros de la Junta de Gobierno y al nuevo vicegobernador, ya que Manuel Ramos-Francia finaliza su labor a término de año.

Cervera prevé que será hasta el segundo año de gobierno morenista cuando la incertidumbre aumente, pues la presión para que el candidato ganador cumpla con sus promesas de campaña será mayor.

“El ahorro fiscal que AMLO prevé generar a partir de las medidas de austeridad y anticorrupción no alcanzan las expectativas (2% del PIB), impidiéndole cumplir sus promesas de campaña. En este sentido, el presupuesto para el 2020, elaborado en el 2019, sería bastante importante. Antes de eso, sin embargo, en los próximos cinco meses, creemos que los inversionistas estarán atentos a las reuniones de AMLO con los puestos clave de su gabinete, incluidos los cargos de CEO de las empresas Pemex y CFE, así como su propuesta para el remplazo del doctor Ramos Francia”.

El economista de Credit Suisse explica que si el presupuesto del 2019 es inercial y prudente, se verá un margen para un ciclo rápido de flexibilización de la política monetaria hacia 6.25% en el 2019 desde 7.75% actualmente.

“Además, para el 2019, nuestro pronóstico de crecimiento real del PIB es 2.4%, que asume la prudencia fiscal y que no se rompe el Tratado de Libre Comercio con América Latina. Vemos que la inflación para finales del 2018 será 4.3%, por debajo de una estimación de 4.5% en junio”.

La herencia

Al cierre del 2017, esta deuda pública representó 47.2% del PIB, y aunque este último índice fue menor al cierre del 2016, 49.4% del PIB, es el más alto que deja una administración, de tal manera que el nuevo gobierno federal recibirá una herencia que representará una carga para las finanzas públicas.

Mariana Campos, coordinadora del Programa de Presupuesto y Gasto Público en México Evalúa, aseguró que Andrés Manuel tendrá el enorme reto de cuidar la prudencia fiscal, pero al mismo tiempo cumplir con sus promesas de campaña.

Explicó que alrededor de 30% de la deuda se encuentra en dólares y tan sólo en el mes de mayo, tras la depreciación del peso, aumentó 150,000 millones de pesos. “Ellos no van a poder controlar, sino reaccionar ante ello; es decir, tú puedes controlar los gastos y la austeridad pero si se deprecia el peso tremendamente, si sube tu deuda 150,000 mdp en un mes, es terrible, ellos deben estar muy conscientes de las finanzas públicas”, explica.

“Por un lado tienen una presión política importante sobre las expectativas hacia los resultados que deben dar y eso puede presionar la prudencia fiscal, pero por el otro lado saben que hay otro segmento como los inversionistas muy pendiente de las decisiones fiscales”.

Aseguró que la estrategia de generar austeridad ya se vivió cuando fue jefe de Gobierno capitalino, donde se quitaron muchas prestaciones a los empleados de la ciudad, por lo que prevé que en el corto plazo esto se podría repetir, ya que tienen que cumplir con aumentar la cobertura a los adultos mayores, donde se necesita más o menos 100,000 millones de pesos y la ayuda a los jóvenes, que es de alrededor de 70,000 millones de pesos.

“Ahí va ser el dilema, cumplo mi promesa o me freno tantito, me parece que mientras más consciente sean de esa parte y de cómo van a reaccionar, mejor lo tomarán los mercados y el país”.

alba.servin@eleconomista.mx

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