Lectura 4:00 min
Mayor fiscalización y austeridad selectiva, los saldos a cuatro años del gobierno de AMLO: analistas
La inversión en infraestructura muestra un crecimiento pero, si se quitan los proyectos estratégicos del gobierno, se ve un estancamiento.

Una mayor fiscalización, sobre todo al rubro de grandes contribuyentes, así como la aplicación de una austeridad del gasto, que para varios ha sido selectiva, son los saldos que ven los analistas a cuatro años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
"Es una administración con un perfil muy bajo en cuanto a la política fiscal. No entendió que la política fiscal no es un fin en sí mismo, sino que es un medio para financiar el desarrollo de un país. En lugar de plantear cambios en la política fiscal para financiar el desarrollo del país, decidió no ser activo en esa materia y mantener la inercia que tanto se le criticó a los gobiernos anteriores. Este gobierno, hasta cierto punto, ha mantenido una inercia, una estructura débil de las finanzas públicas que ya venía del pasado, pero no se hizo mucho para cambiarlo”, dijo Mariana Campos, coordinadora de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa.
En lo que va del sexenio, y cumpliendo su promesa de campaña, la administración de López Obrador ha optado por no implementar una reforma fiscal y, en su lugar, se han entregado, año con año, misceláneas fiscales con modificaciones a la estructura tributaria, las cuales han otorgado al Servicio de Administración Tributaria (SAT) las herramientas para impulsar una mayor fiscalización, sobre todo en el rubro de grandes contribuyentes.
Fueron estos esfuerzos recaudatorios los que salvaron los ingresos en plena crisis económica ocasionada por la pandemia del Covid-19, indicó James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CIBanco. “Se ha logrado sortear el parón económico del país, por eso es que la tasa de crecimiento de los ingresos tributarios en el sexenio luce muy modesta, pero pudo haber sido peor”, indicó al referirse a un crecimiento de apenas 2.5% en los ingresos tributarios en lo que va del sexenio.
Focalización de recursos
Del lado del gasto, aunque el discurso ha sido aplicar una “austeridad republicana” para generar ahorros, éste continúa incrementando ante la focalización de recursos en obras insignias del gobierno, como el Tren Maya, el AIFA y la Refinería Dos Bocas, entre otros. También destacan los recursos destinados a programas sociales impulsados por el gobierno, en donde destaca el de Pensión del Bienestar para Adultos Mayores.
“En algunos rubros donde había mucho despilfarro, se intentó poner orden, yo creo que a eso hay que aplaudirle, pero contrasta con muchas decisiones de finanzas públicas que son muy cuestionables”, aseveró Héctor Villarreal, catedrático del Tec de Monterrey.
Por ejemplo, la inversión en infraestructura muestra un crecimiento pero, si se quitan los proyectos estratégicos del gobierno de López Obrador se ve un estancamiento, agregó, además de que estos proyectos han resultado muy costosos y, en el caso de la refinería, no existen corridas financieras básicas para saber de cuánto será el desembolso final.
Añadió que otro de los preferidos del gobierno ha sido Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa a la cual se le ha dado un apoyo indiscriminado sin pedirle nada a cambio.
Desfalco a fondos
Mariana Campos indicó que una de las debilidades del gobierno actual ha sido el desfalco que hubo a fondos importantes, como el Fondo de Estabilidad de los Ingresos Públicos (FEIP), así como el Fondo de Estabilización de los Ingresos de la Entidades Federativas (FEIEF).
“Esta ha sido la administración del desahorro. A pesar de la narrativa del presidente que insiste en que se han generado ahorros, realmente varios fideicomisos donde estaban esos ahorros el gobierno se los gastó. Y no ha vuelto ahorrar”, aseveró.
En medio de la pandemia del Covid-19, el gobierno utilizó los recursos del FEIP para mantener los ingresos presupuestarios, y si bien se ha empezado a nutrir el fondo, lejos está del saldo que antes se mantenía. Al cierre del sexenio pasado, el saldo sumó poco más de 340,000 millones de pesos, mientras que al cierre del primer semestre de este año apenas hay 24,986 millones de pesos en el fondo.