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Economía

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México tiene tiempo para responder a una reforma fiscal estadounidense

La tendencia es bajar las tasas del ISR corporativo y aumentar las de impuestos al consumo.

US President Donald Trump boards Air Force One at Andrews Air Force Base on October 7, 2017 in Maryland.Trump is traveling to North Carolina. / AFP PHOTO / Brendan Smialowski

US President Donald Trump boards Air Force One at Andrews Air Force Base on October 7, 2017 in Maryland.Trump is traveling to North Carolina. / AFP PHOTO / Brendan SmialowskiAFP, AFP, Copyright 1999 Adobe Systems Incorporated

Analistas coinciden en que México tiene tiempo para responder a los cambios que quiere hacer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el sistema fiscal del su país. Recientemente, el republicano dio a conocer detalles sobre su propuesta de reforma fiscal.

De acuerdo con Herbert Bettinger, experto fiscal, el gobierno mexicano deberá actuar con mucha cautela, con la gran ventaja de que por el momento la propuesta se está discutiendo y, a diferencia de nuestro sistema, en donde las reformas deben estar listas en diciembre, en Estados Unidos éstas deben estar listas hacia el segundo trimestre.

“Hay tiempo. Lo primero que tendríamos que hacer es preparar una reforma fiscal adecuada para no apartarnos mucho (...) si nos quedamos como estamos actualmente, podemos dejar de ser un país atractivo para la inversión extranjera porque la reforma de Trump implica una rebaja del impuesto corporativo a empresas a 20%, mientras que en México estamos en 30%, más 10% de PTU, más los dividendos vuelven la tasa de casi 46%, lo cual hace al país muy caro”, explicó.

En un inicio, el republicano planteaba un recorte a la tasa corporativa de 35 a 15%; sin embargo, hace unos días dio a conocer que la tasa sería de 20%, además de simplificar los tramos del Impuesto sobre la Renta (ISR) al pasarlos de siete a tres, y eliminar el impuesto de sucesiones.

Por su parte, Enrique Velderrain, de Velderrain Sáenz y Asociados, acotó que el tema de la propuesta fiscal es muy preocupante; sin embargo, hay que seguir de cerca su evolución en el Congreso estadounidense porque si bien entró con una postura muy agresiva, el plan de Trump no explica cómo solventará el déficit de Estados Unidos, el cual varios estudios afirman se incrementaría.

“Primero habría que ver cómo pasa la reforma, si es que pasa. No todos en el Congreso están de acuerdo con la propuesta”, precisó.

Ambos expertos alertan que de aprobarse la propuesta fiscal México perdería grandes sumas de inversión extranjera directa (IED), lo que a su vez ocasionaría que las fuentes de empleo se reduzcan.

“Al tener menos inversiones podríamos tener una depreciación del peso, derivado de la salida de dinero o de la no entrada de éste (...) de igual manera, muchas empresas que ya residen aquí en México podrían irse a Estados Unidos, ocasionando que se pierdan fuentes de empleo”, afirmó Velderrain.

Asimismo, la pérdida de inversión extranjera y empleo afectaría a las finanzas públicas mexicanas, ya que habría menos recaudación, lo cual afectaría al gasto público, aseveró Herbert Bettinger.

A decir de Bettinger, la propuesta fiscal preocupa más que la renegociación del TLCAN, ya que en este último México tiene tanto ventajas como desventajas, algo que no pasa con el plan fiscal de Trump.

No podemos bajar la tasa corporativa

Herbert Bettinger explicó que para el sistema fiscal mexicano, bajar la tasa corporativa significaría una pérdida importante en la recaudación tributaria.

“Si nosotros pretendemos acercarnos a la reforma de Trump tenemos un problema: bajar nuestra tasa implica la pérdida de la recaudación y esa pérdida hoy no tenemos cómo suplirla, ya que perderíamos alrededor de 50% de la recaudación de las empresas y una buena parte de la recaudación de personas físicas”, enfatizó.

En línea con lo anterior, Enrique Velderrain comentó que las autoridades mexicanas deben ver que, actualmente, la tendencia global es bajar las tasas del ISR corporativo y compensar la caída de la recaudación aumentando las tasas de impuestos al consumo, como el IVA.

“Esto no es sólo en Estados Unidos, sino a nivel global, y si se quiere que México sea competitivo para la atracción de inversiones y la generación de empleos, habrá que empezar a buscar fórmulas de esa naturaleza”, finalizó.

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