Nuevo gobernador del BoJ tiene un camino difícil por recorrer

El académico Kazuo Ueda se enfrenta a una época difícil como nuevo gobernador del Banco de Japón (BoJ, por su sigla en inglés). Se le respeta, pero como forastero carece del apoyo de las facciones dentro de la burocracia financiera y se enfrenta a un impopular primer ministro que impulsa una costosa agenda.

La década del gobernador saliente, Haruhiko Kuroda, al frente del BoJ incluyó ayudar al entonces primer ministro, Shinzo Abe, a aplicar su programa de estímulo radical conocido como Abenomics, que puso fin con éxito a la larga era deflacionista del país.

Su dimisión se produce en un momento en que su política de control de la curva de rendimientos (YCC) se hace cada vez más insostenible a medida que aumenta la inflación. Abordar este problema es sólo el primer punto de la larga y complicada lista de tareas pendientes de Ueda.

Parece probable que Ueda tenga que modificar o abandonar la YCC dado el daño que causa al mercado de bonos y al balance del BoJ. Pero es poco probable que empiece a normalizar las tasas directamente, dada la naturaleza anémica de la recuperación en el último trimestre; en el 2000 disintió de la desacertada decisión del BoJ de subirlas.