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PIB de Brasil cayó 0.2% en 4T 2022, consolida desaceleración económica
Se registró una contracción del 0.3% en la industria durante el periodo, mientras que la agricultura y los servicios crecieron un 0.3% y un 0.2%, respectivamente, dijo el IBGE.
La economía de Brasil se contrajo en el cuarto trimestre, afectada por la debilidad de la industria y consolidando una desaceleración a lo largo del año, mostraron el jueves datos del Gobierno, ensombreciendo las perspectivas para 2023 en medio de mayores costos de endeudamiento.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil cayó un 0.2% en los tres meses hasta diciembre respecto al trimestre anterior, informó la agencia oficial de estadísticas IBGE, igualando la caída prevista en un sondeo de Reuters entre economistas.
La mayor economía de América Latina registró una contracción del 0.3% en la industria durante el periodo, mientras que la agricultura y los servicios crecieron un 0.3% y un 0.2%, respectivamente, dijo el IBGE.
La economía brasileña creció un 1.9% en el cuarto trimestre de 2021, por debajo del 2.2% previsto.
El PIB del país creció un 2.9% en 2022, perdiendo fuerza respecto a la expansión postpandémica del 5% registrada en 2021, pero con un comportamiento mucho mejor que el estimado inicialmente a principios del año pasado.
El desempeño anual fue ayudado por la fortaleza del sector de servicios, que mostró expansión en todas las actividades encuestadas, así como por la mejora del mercado laboral y los estímulos fiscales del anterior gobierno del presidente Jair Bolsonaro en su intento de reelección.
La elección fue ganada por el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien, junto con ministros y aliados, ha estado enfatizando que el nivel de la tasa de interés de referencia del país, mantenida en un máximo de seis años de 13,75% desde septiembre para combatir la inflación, puede ahogar la economía y causar trastornos en el mercado de crédito.
En 2022, el sector servicios subió un 4.2% y la industria registró un crecimiento del 1.6%, mientras que la agricultura cayó un 1.7%, afectada por la menor producción de soja, el principal cultivo de Brasil.
