Lectura 4:00 min
Panorama incierto para inflación por alza de precios de alimentos: Banxico
La minuta del Banxico señaló que la situación de Pemex y las finanzas públicas, así como el debilitamiento institucional son riesgos para los mercados financieros nacionales y por ende para el peso mexicano.
La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) advierte que el panorama de la inflación en el país se mantiene incierto y a contracorriente de la tendencia mundial.
“La mayoría (de los miembros de la Junta) resaltó el aumento de los precios de las mercancías alimenticias por posibles problemas de suministro y por una reasignación en el gasto de los hogares ante la emergencia sanitaria”, refieren las minutas de la reunión monetaria del 25 de junio.
A diferencia de México, “en la mayoría de las principales economías emergentes las inflaciones general y subyacente se ubican por debajo de la meta de sus respectivos bancos centrales”, señalaron.
Dados los niveles de inflación y la elevada volatilidad del tipo de cambio, este puede tener implicaciones importante para el cumplimiento de la meta de inflación en México a pesar del bajo coeficiente de traspaso”, señalaron.
En este contexto, señalaron que son riesgos para los mercados financieros nacionales y por ende para el peso mexicano, la situación de Petróleos Mexicanos (Pemex) y las finanzas públicas, así como el debilitamiento institucional.
Según lo descrito en la relatoria de la reunión donde la Junta recortó en 50 puntos la tasa para dejarla en 5%, “algunos” miembros del cuerpo colegiado, consideran que sí podrían presentarse presiones a la baja en la inflación, derivadas de un efecto mayor al previsto de la contracción económica y de la menor presión inflacionaria mundial.
Alimentos arriba por demanda
Uno de los cinco miembros indicó que tres de los cinco grandes componentes de la inflación subyacente registraron variaciones anuales menores a 3% en la primera quincena de junio: vivienda, mercancías no alimenticias y servicios distintos a la educación y la vivienda.
Y consideró que “el único componente con un comportamiento realmente desfavorable es el correspondiente a las mercancías alimenticias que han aumentado por una reasignación en el gasto de los hogares y las disrupciones de oferta en algunos bienes”.
No obstante, “señaló que es posible que al menos parte de estos efectos desaparezca al normalizarse el consumo y abasto de dichas mercancías”.
Capitales fuera
En el análisis del entorno macroeconómico, destacaron que el riesgo soberano se ha ajustado a la baja y el mercado bursátil mostró una mejora. Sin embargo, “la mayoría notó que los riesgos persisten y que las salidas de capital han continuado aunque a un menor ritmo con respecto a lo observado hace unas semanas”.
“Algunos puntualizaron que los datos acumulados indican salidas superiores a 13,000 millones de dólares en renta fija”. Y uno de ellos destacó que el total de valores gubernamentales en poder de no residentes actualmente asciende a alrededor de 90,000 millones de dólares”.
Otro añadió que los datos acumulados en 2020 muestran un flujo nulo en el caso de instrumentos de renta variable y “algunos advirtieron que las condiciones de operación siguen deterioradas en el mercado cambiario y en los de renta fija”.
Inversión y crecimiento, focos
En la reunión donde participaron como oyentes y sin poder de voto tanto el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, como el subsecretario, Gabriel Yorio, los banqueros centrales evidenciaron su preocupación por la profundidad de la recesión.
Destacaron que las perspectivas de inversión de largo plazo “son preocupantes”.
“Si bien la pandemia influyó recientemente en la tendencia a la baja que se observa desde 2018, los principales determinantes han sido la situación de las finanzas públicas y un entorno que es considerado por el sector empresarial como poco propicio para la inversión privada”, comentó uno de los miembros.
Y él mismo “destacó la continua preocupación del sector empresarial por el estado de derecho, la inseguridad, el deterioro del marco institucional y la orientación de algunas políticas públicas entre otros aspectos”.
Todos resaltaron entonces que las expectativas de crecimiento se han deteriorado y la mayoría señaló que para 2020 hay proyecciones de una contracción de hasta dos dígitos. Uno de los miembros señaló que hay una amplia dispersión de las proyecciones, reflejo de la alta incertidumbre. Otro opinó que se está obervando una recesión muy profunda con una recuperación lenta y complicada en forma de “U”, consecuencia del severo deterioro de la inversión y el consumo.
Y consignó que el riesgo de un rebrote y que las medidas sanitarias y económicas simplemente no sean suficientes, aumenta el riesgo de una recuperación económica en forma de “W”.
Otro apuntó que la duración y profundidad de la contracción económica depende de la suspensión de actividades decretadas por las autoridades y por las restricciones autoimpuestas por los agentes productivos. Esto dependerá de los avances en el desarrollo de una terapia o vacuna contra el virus.
La próxima reunión monetaria está programada para el 13 de agosto, cuya minuta estaría lista para publicarse el 27 del mismo mes.