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Economía

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Portugal, atractivo para inversionistas

Portugal estuvo al borde de la quiebra en 2011, vuelve a seducir a los inversionistas gracias a una serie de buenas noticias en el frente económico, pero la población no siente todavía los efectos de esta mejoría.

Portugal, que estuvo al borde de la quiebra en 2011, vuelve a seducir a los inversionistas gracias a una serie de buenas noticias en el frente económico, pero la población no siente todavía los efectos de esta mejoría.

El déficit fue controlado, la tasa de empréstitos ha bajado, se ha vuelto al crecimiento y el turismo registra cifras sin precedentes. Teóricamente, los problemas están en vías de ser solucionados, pero la tasa del desempleo, y sobre todo el de los jóvenes, así como la pobreza, siguen siendo elevados.

Los inversores se abalanzan sobre los títulos de la deuda portuguesa y las tasas a 10 años pasaron por debajo de 4% después de haberse disparado a más de 18% en el peor momento de la crisis.

Cuando faltan pocas semanas para que el país salga de su plan de salvamento, algunos analistas rivalizan en elogios. "Portugal está en vías de reproducir la hazaña de Alemania, la ex enferma de Europa que se convirtió en la campeona del crecimiento", afirmó entusiasmado Christian Schulz, del banco Berenberg.

Sin embargo, este optimismo no es compartido por los economistas portugueses, que siguen cotidianamente la evolución del país. "Cuando se cae mucho, es normal subir después, pero no se trata de un crecimiento deslumbrador", sostuvo Joao Cesar das Neves, de la Universidad Católica de Lisboa.

Para él y muchos otros expertos, la situación sigue siendo frágil. La deuda del país es de casi 130% del Producto Interior Bruto, y en caso de una nueva crisis de la zona euro, se encontraría entre los primeros en ser atacados por los mercados.

En cuanto a la tasa del paro, que bajó a 15,3% después de un tope de 17,7% a principios de 2013, esa caída no es más que un espejismo. Esta cifra se explica en gran parte por la emigración, tan importante como en los años '60, así como por la resignación de numerosos desempleados que ya no buscan trabajo y dejan de figurar en las estadísticas.

"Para mí nada ha mejorado. Ya no hay más ofertas de empleo, sólo invitaciones a la esclavitud", protestó Ilidia Pinheiro, de 47 años, una docente desocupada desde hace un año y medio. "Algunos centros de estudios proponen 380 euros por mes para un trabajo a medio tiempo. íUsted cree que se puede vivir con eso?", agregó.

bhr

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