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Economía

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Precios de alimentos anotan alzas de 7.53% vs 4.79% de la inflación general

Los precios al productor, en la parte agrícola, se han incrementado 3.67%; y los alimentos procesados y frescos han subido 9.17 por ciento.

Si bien se ha desacelerado, el aumento de los precios de los alimentos continúa siendo mayor a la inflación general, de acuerdo con la información publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En julio, la inflación general marcó una nueva desaceleración y se ubicó en 4.79% anual, su menor nivel desde marzo del 2021. En tanto, el precio de los alimentos aumentó 7.53% en comparación con julio del 2022.

Al igual que la inflación general, el precio de los alimentos mostró incrementos históricos el año pasado, en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Su punto más alto fue en septiembre del 2022, cuando se encarecieron en 15.21 por ciento.

Sin embargo, actualmente hay otros factores que explican el aumento en los precios de los alimentos.

Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, explicó que uno es el clima, ya que en algunos estados del norte no ha llovido a la par de que se alcanzan temperaturas entre 38 y 42 grados, lo que provoca que el caudal de las presas esté por debajo del nivel recomendado y no haya condiciones para regar la siembra.

“Esto se refleja en los precios al productor, en la parte agrícola, que incrementaron 3.67 por ciento. A su vez, se refleja en alimentos procesados y frescos, que han subido 9.17 por ciento”, añadió.

Otra cuestión que encarece el precio de los alimentos en el país es el crimen organizado. De acuerdo con el catedrático, éste se ha convertido ya en un cártel económico que controla procesos de sembradío, cosecha, producción y distribución, que inciden en dos puntos porcentuales de la inflación.

De igual manera hay 12 empresas que dominan o predominan el mercado de cereales, huevos, lácteos, frutas, verduras, principalmente enlatadas, e inciden en un punto porcentual. Y otro aspecto son los costos de distribución”.

Del lado internacional, Ignacio Martínez señaló que el factor que afecta la inflación en México es el precio de granos pese a la importante reducción que se ha observado en los últimos meses.

Impacto a los de menor ingreso

Desde febrero pasado, estos aumentos han mostrado una desaceleración; sin embargo, se mantienen por arriba de la inflación general, lo que preocupa ya que afecta, principalmente, a los hogares de menores recursos.

La organización México ¿Cómo Vamos? señaló que la preocupación de estos incrementos es porque cuatro de cada 10 mexicanos se encuentran en pobreza laboral, es decir, el ingreso laboral de un hogar no es suficiente para alimentar a todos sus miembros.

“Diversos alimentos centrales en la dieta de los mexicanos continúan al alza. Por ejemplo, el precio de la tortilla de maíz presentó una variación anual de 11.40% y de 0.2% en el último mes. Es el cuarto genérico con mayor incidencia anual”, agregó. 

Otros productos típicos en la dieta del mexicano que mostraron un aumento importante en julio fueron el pan de caja, con 10.87%; leche, con 10.06%; limón, con 18.32%; calabacita, con 17.79%, entre otros.

Ayuda del PACIC es limitada

En mayo del año pasado, ante los altos niveles de inflación, el gobierno federal lanzó el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), un programa que, hasta la fecha, busca incidir en los precios al consumidor para afectar de menor manera los bolsillos de los y las mexicanas.

Desde su creación, y aún con el Acuerdo de Apertura contra la Inflación y Carestía (APECIC) que sacaron posteriormente para apoyar, los analistas han visto muy limitado el efecto de esto sobre la inflación para los consumidores en México.

“El PACIC tuvo un impacto inercial en su momento, pero las empresas que se comprometieron a bajar sus precios, y que fueron beneficiadas por el PACIC, son las que provocaron aumento de precios”, señaló Ignacio Martínez.

Lo que ha destacado del PACIC han sido los estímulos fiscales a las gasolinas, los cuales ya existían desde antes de los periodos de alta inflación, así como el estímulo complementario que se impulsó luego de que los precios internacionales del petróleo no cedieran.

No obstante, si bien esto ayudó a mantener la inflación, la pérdida recaudatoria por estos estímulos, al cierre del 2022, sumó 373,000 millones de pesos

Los estímulos fiscales a gasolina afectaron fuertemente la recaudación de impuestos el año pasado, y pese a que el gobierno defendió que esto evitó una inflación de dos dígitos, para algunas instituciones esto fue un gran costo fiscal.

ana.martinez@eleconomista.mx

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