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¿Qué es el gasto público?
El gasto público es la principal herramienta para la aplicación de política pública. El gobierno debe de garantizar que sea de calidad, es decir, que realmente resuelva demandas y necesidades sociales y económicas. Conoce todo lo concerniente en el Economista.
Para que un gobierno provea de bienes y servicios a su población es necesario dispersar recursos de manera estratégica para lograr su objetivo, lo cual se conoce como gasto público, mismo que es una pieza fundamental para el desarrollo de un país y de sus habitantes.
Sin embargo, para saber la importancia del gasto público en la vida económica de un país, es necesario saber cómo se conforma, para qué sirve y cómo puede beneficiar a las personas que cumplen con sus obligaciones fiscales.
La Universidad de Cambridge define al gasto público como el dinero que el gobierno gasta en la compra de bienes y prestación de servicios, que pueden ser desde educativos, de salud, protección social y defensa.
El gasto público en México forma parte del paquete económico que cada año propone la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el cual se conforma la Ley de Ingresos de la Federación y el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación, que es donde entra el gasto público.
¿Cómo se determina el gasto público?
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, el artículo 74 constitucional, establece que el Ejecutivo Federal deberá, por medio de esta dependencia, deberá elaborar una propuesta que responda a los siguientes puntos:
- ¿Cuánto dinero es necesario recaudar?
- ¿Cómo se propone distribuir estos recursos?
- ¿Cómo se conforma la Ley de Ingresos?
La Ley de Ingresos se conforma por una iniciativa de la Secretaría de Hacienda, donde se contempla el escenario económico para el ejercicio fiscal al que se hace referencia para definir metas de recaudación y endeudamiento, límites máximos de gasto y política económica de mediano plazo.
En este contexto, Hacienda presenta una iniciativa de Ley de Ingresos donde se establece el pronóstico de los ingresos presupuestarios, los cuales se componen de los siguientes puntos:
- Impuestos.
- Cuotas y aportaciones de seguridad social.
- Contribuciones de mejoras.
- Derechos.
- Productos.
- Aprovechamientos.
- Ingresos por venta de bienes, prestación de servicios y otros ingresos.
- Transferencias, asignaciones, subsidios y subvenciones y pensiones y jubilaciones.
- Ingresos derivados de financiamientos.
Todos estos conceptos, permiten a la Secretaría de Hacienda plantear en la iniciativa de Ley de Ingresos el escenario sobre los recursos que el gobierno recibirá durante un año. Para este año, la normativa prevé ingresos estimados por 7 billones 88,250 millones de pesos.
El ejercicio del gasto público
Bajo este escenario se plantea el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, que de acuerdo con Hacienda, es el documento que presenta la propuesta de esta dependencia para determinar el destino de los recursos públicos para un ejercicio fiscal. En este sentido, dicha iniciativa contiene:
- La cantidad de recursos.
- Su forma de distribución.
- El destino de los recursos públicos.
Este documento involucra a los organismos tanto del poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como a los organismos autónomos como el Instituto Nacional Electoral, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, además de las transferencias a los gobiernos estatales y municipales.
Una vez que se analiza y discute la propuesta en la Cámara de Diputados, se procede a la votación para aprobar en definitiva el Presupuesto de Egresos, lo que también se conoce como el gasto público. Para este año, se aprobó un gasto de 7 billones 88,250 millones de pesos.
Sin embargo, para entender todavía más la trascendencia del gasto público en el país, es necesario detallar cómo se conforma. Según la arquitectura presupuestaria, el Presupuesto de Egresos de la Federación se divide en gasto programable y el no programable.
El gasto programable es aquel que se destina a proveer bienes y servicios públicos a la población, por ejemplo, de seguridadsocial y salud; fortalecimiento energético; educación, cultura y deporte; comunicaciones y transportes; trabajo y bienestar; salud; seguridad y paz; órganos autónomos; fomento económico y medio ambiente, entre otros.
Para este año, se tiene contemplado un gasto programable de 5 billones 247,296 millones de pesos, es decir 74% del gasto neto aprobado para este año.
En este rubro, se encuentra el gasto corriente y de capital. Según Hacienda, el gasto corriente se refiere a la adquisición de bienes y servicios que realiza el sector público durante el ejercicio fiscal sin incrementar el patrimonio federal.
Mientras que el gasto de capital, “se refiere a las erogaciones que incrementan el patrimonio público e incluye el gasto de inversión que realizan las dependencias y entidades de la administración pública federal”.
La otra parte es el gasto no programable, el cual para este año lo aprobado es de 1 billón 840,953 millones de pesos, es decir 26% del gasto total. Este rubro contempla pagos pendientes de años anteriores, gastos destinados a cubrir intereses, comisiones y demás conceptos relacionados con deuda, así como recursos transferidos a entidades federativas y municipios, por medio de participaciones federales.