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Recaudación y elecciones, el compás de espera para nota de México en S&P
La ejecución macroeconómica, la política monetaria y la autonomía del Banco de México son los contrapesos a los factores de riesgo que pesan sobre la calificación soberana.
La calificadora Standard & Poor´s esperará a ver como resuelve el gobierno mexicano el reto de asumir las amortizaciones de Pemex este año sin contar con mayores recursos y con sus ahorros agotados.
“Esperaremos a ver qué estrategia desarrolla el gobierno para cumplir también con el compromiso de un déficit fiscal bajo, en un año donde apoyará más a Pemex y sin una reforma tributaria a la vista, al menos antes de las elecciones de junio”, refirió Lisa Shineller, analista soberana de la agencia calificadora.
Entrevistada por El Economista, sostuvo que un elemento de fortaleza para la calificación del soberano, es la certidumbre e institucionalidad con la que se desenvuelve el Banco de México.
Esta fortaleza de la política monetaria otorga una flexibilidad suficiente para que la calificadora espere a ver cómo resuelve el gobierno los retos fiscales, aún cuando pesa en la nota una perspectiva negativa desde hace justo un año.
“La ejecución macroeconómica, la política monetaria y la independencia del Banco de México son fuertes contrapesos que permiten por ahora esperar para conocer las estrategias fiscales del gobierno, de aquí a las elecciones de junio, sin una acción de calificación”.
La nota soberana y de Pemex en S&P es la misma; se encuentra en “BBB” con perspectiva Negativa, dos niveles arriba del grado de inversión.
Grado de inversión no está en riesgo
Desde Nueva York, la analista de S&P subrayó que la perspectiva negativa sobre la calificación de México no indica riesgo alguno sobre el grado de inversión de la nota soberana.
“La perspectiva negativa señala que hay riesgo del recorte de un escalón. En efecto hay una posibilidad de una rebaja, pero tendría que presentarse un escenario que debilite de forma muy importante el rating para pensar en un recorte mayor a un escalón”.
Resaltó que hay otras piezas del rating que compensan la debilidad de la calificación: la política monetaria, la credibilidad del banco central, el manejo histórico de los pagos, la prudencia fiscal y “la independencia sólida y reforzada del Banco de México”.
Indicó que la posición externa de México es otra fortaleza de la nota. Una salida de capitales abrupta y un deterioro de las cuentas externas, pondría presión a la calificación.
Reconoció el esfuerzo del gobierno para fortalecer la recaudación tributaria el año pasado. Pero advirtió que aún con ese esfuerzo, México mantiene una tasa recaudatoria muy baja para responder a todas las necesidades del país y esa es la razón por la que no han cambiado la perspectiva negativa sobre la calificación soberana y la de Pemex.
Clima de negocios e institucionalidad
La analista soberana dijo que el contenido de la reforma al sector eléctrico es consistente con la presión negativa que está ejerciendo la actual administración sobre el ambiente para hacer inversiones.
Destacó que el deterioro del respeto al Estado de Derecho, así como en el contexto de inseguridad y corrupción, podrían ser también factores de presión para un recorte en la calificación soberana.