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Economía

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Relocalización con impacto positivo en recursos públicos, confía Fitch

El nearshoring es un fenómeno gradual que no se dará de un año al otro. Apenas estamos en una fase inicial donde es mayor la demanda de proveedores de espacios para ubicarse pero no hemos visto la llegada de Inversión Extranjera Directa.

Carlos Morales, director de análisis soberano para América Latina en Fitch. Foto: Especial

Carlos Morales, director de análisis soberano para América Latina en Fitch. Foto: Especial

La relocalización de cadenas de suministro en México, que es el llamado nearshoring, es una oportunidad para incrementar la capacidad de crecimiento de la economía mexicana y fortalecer a las arcas públicas, confió el director de análisis soberano para América Latina en Fitch, Carlos Morales.

“El nearshoring puede fortalecer la capacidad económica de mediano y largo plazo de México para un lapso de 3 a 5 años (…) de completarse tendrá un efecto positivo en las finanzas públicas porque con un mayor crecimiento se fortalecerá la disponibilidad de recursos para recaudar”, argumentó.

Entrevistado por El Economista, agregó que la agencia no espera un efecto inmediato de las nuevas inversiones que llegarán al país, o una próxima entrada de empresas extranjeras dispuestas a relocalizar sus cadenas de suministro.

“Vemos al nearshoring como un fenómeno gradual que no se dará de un año al otro. Apenas estamos en una fase inicial donde es mayor la demanda de proveedores de espacios para ubicarse pero no hemos visto la llegada de Inversión Extranjera Directa”.

Desde Nueva York, comentó que el aumento de la IED será el indicador que evidenciará efectivamente que ya hay una relocalización de empresas, ya sea por industrias que ya están expandiendo su capacidad en el país o por multinacionales relocalizándose.

Advirtió que esta entrada de Inversión extranjera productiva tardará aún más tiempo porque tienen que completarse varios trámites en el país que suelen demorar el proceso.

Una vez que tengamos una expansión de la IED, podríamos esperar un mayor crecimiento económico.

Aún sin esta evidencia del nearshoring en México, Fitch mantiene sin cambio su expectativa de crecimiento en 2% para el PIB para este año y en 1.8% para el año 2025.

Estados Unidos y China, la corriente de la inversión

El analista soberano recordó que la resiliencia de la economía de Estados Unidos se ha transmitido a México. Pero matizó que la desaceleración del principal socio comercial terminará por llegará a México y sin el nearshoring, el impacto en la actividad económica sería mucho mayor.

“Sin el nearshoring y en el contexto de la desaceleración esperada para Estados Unidos, el pronóstico para el PIB mexicano sería de una actividad mucho más débil”, resaltó.

La intención de llegar a México para exportar hacia Estados Unidos, está liderada por empresas de origen estadounidense. Pero también se ve apetito de compañías privadas de Europa y China.

“En lugar de expandir su capacidad productiva en China tienen apetito por invertir en México para beneficiarse del Tratado de Libre Comercio y no tener que enfrentar las tarifas tan altas que les aplica Estados Unidos”.

Dijo que la entrada y operación en México de empresas chinas no es un riesgo en sí para el acuerdo comercial, pues una vez que producen con componentes mexicanos y en territorio nacional, la normativa vigente las identifica como exportación mexicana.

El analista soberano de Fitch reconoció que la proximidad de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, particularmente de las campañas electorales, puede ser un factor de “ruido y volatilidad” en los mercados financieros por la “retórica política” que muy probablemente se escuchará.

Este escenario de ruido político está incorporado en la expectativa de crecimiento de 1.8% para 2025, que tiene la agencia.

Emisor con riesgo de impago “relativamente bajo”

Fitch es una agencia calificadora de riesgo que evalúa la capacidad de pago de 120 países, incluido México. La calificación soberana de México en la citada firma es “BBB- con perspectiva estable”.

Esta calificación indica a los inversionistas que el emisor soberano cuenta con un grado de inversión con riesgo de impago relativamente bajo para un horizonte de calificación de 3 a 5 años. De acuerdo con el analista, esto significa que los riesgos sobre la capacidad de pago de México son relativamente bajos en ese momento.

Sin embargo identifica cuatro retos para mantener sin cambio la nota soberana: el impacto de las reformas constitucionales en la institucionalidad; una ruta creíble de consolidación fiscal, evitar un aumento acelerado de la deuda y el aprovechamiento de la oportunidad que representa el nearshoring.

“El Paquete Económico 2025 que conoceremos en el último trimestre del año nos ayudará a esclarecer nuestras dudas sobre cómo se dará la consolidación fiscal tras la expansión del déficit que se presentó este año”.

Como se recordará, el congreso mexicano aprobó un incremento del déficit fiscal de 5.4 puntos del PIB para este año, que se elevará a 5.9% del Producto al incluir los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), que es el nivel más amplio desde 1988. Y la Secretaría de Hacienda considera que la próxima administración a cargo del secretario actual, Rogelio Ramírez de la O, hará todo lo posible para corregir este déficit y llevarlo a 3% del Producto tan pronto como en el primer año del gobierno entrante.

yolanda.morales@eleconomista.com.mx

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Yolanda Morales Quiroga es “corresponsal itinerante” en organismos financieros internacionales, apasionada de la macroeconomía y la política monetaria y contadora de historias, detrás de sus apuntes de reportera. Oficio en el que se ha desempeñado por 19 años. Reportera de Finanzas Globales, blogger y conductora del Programa en línea de El Economista, Voces en Directo.

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