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Reserva federal, el prestamista internacional de última instancia
Este centenario de la Reserva Federal (Fed) coincide con su fortalecida obligación de prestamista de última instancia: durante cinco años ha garantizado el suministro de dólares a los bancos centrales que son su contraparte en otros países, afirma el cronista del Banco de México, Eduardo Turrent.
Este centenario de la Reserva Federal (Fed) coincide con su fortalecida obligación de prestamista de última instancia: durante cinco años ha garantizado el suministro de dólares a los bancos centrales que son su contraparte en otros países, afirma el cronista del Banco de México, Eduardo Turrent.
Se refiere a la serie de acuerdos swap que ha sostenido la Fed de forma intermitente con el Banco Central de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo, el Banco Nacional de Suiza, el Banco de Australia, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda y el propio Banco de México.
Uno de estos acuerdos está vigente hasta el 1 de febrero del 2014.
Dichos swaps fueron suscritos a partir del 29 de octubre del 2008, a 14 días de la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers, que congeló al mercado financiero mundial, como lo describió entonces el presidente de Estados Unidos, George Bush.
GARANTÍA DE LIQUIDEZ
Estas líneas swap se establecieron, según la reforma regulatoria de la Fed, por el papel que tiene el dólar de EU en los mercados financieros mundiales para evitar que la tensión financiera pudiera alterar las condiciones de funcionamientos dentro y fuera de aquel país.
Los canjes funcionan como acuerdos temporales de intercambio de divisas que garantizan el suministro de dólares a las instituciones de crédito del país, con el objetivo de proveer financiamiento a los participantes del sector privado que enfrenten presiones para obtener recursos en dólares, suscribe aparte el Banco de México en una disposición del 2009.
El primer swap con el Banco de México se anunció el 3 de abril del 2009 y los recursos provenientes del intercambio estaban destinados a llevar a cabo subastas de crédito en dólares entre bancos del país.
Los acuerdos se han cancelando conforme se estabilizan las condiciones del mercado mundial; sin embargo, hay uno vigente hasta el 1 de febrero del 2014, suscrito el 13 de diciembre del año pasado entre la Fed, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo y el Banco Nacional de Suiza.
INYECCIÓN DE LIQUIDEZ
Otras herramientas que han sido determinantes para el manejo de la política monetaria sin precedentes de la Fed, son las operaciones de mercado abierto, es decir, cuando compra instrumentos financieros y con ello pone dinero en circulación, como ha sucedido con la relajación cuantitativa (QE).
Cuando la Fed vende instrumentos financieros, saca de circulación el dinero, lo que genera que las tasas de interés aumenten.
En estos cinco años poscrisis en Estados Unidos, la Fed ha mantenido una política monetaria expansiva con una sostenida relajación cuantitativa en sus operaciones de mercado abierto. Operación a la que comenzará a poner reversa a partir de enero próximo, cuando inicie el llamado tapering, que es como identifica el mercado al retiro gradual de compra de activos.
De acuerdo con las cuentas del jefe de misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para México, Robert Rennhack, son más de 3 billones de dólares los recursos utilizados por la Fed para comprar activos hipotecarios, desde que se echó a andar la relajación cuantitativa.
De acuerdo con organismos internacionales, la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, es decir el fin del QE, no implica un retiro absoluto de la liquidez suministrada en los últimos cinco años.
ymorales@eleconomista.com.mx