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Economía

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Se expanden criptomonedas en Cuba

Jason Sánchez, de 35 años, y quien encabeza un taller de reparación de teléfonos móviles en La Habana, pudo comenzar a comprar piezas de repuesto a través de Internet en el 2018, gracias al desembarco del comercio de criptomonedas en Cuba.

Jason Sánchez, de 35 años, y quien encabeza un taller de reparación de teléfonos móviles en La Habana, pudo comenzar a comprar piezas de repuesto a través de Internet en el 2018, gracias al desembarco del comercio de criptomonedas en Cuba.

El lanzamiento del Internet móvil en la isla hace casi un año ha fomentado el auge de las criptomonedas, que ayudan a superar los obstáculos por las sanciones de Washington a La Habana.

El embargo comercial de Estados Unidos excluye a los cubanos de los sistemas de pagos internacionales convencionales y de los mercados financieros. Tampoco pueden obtener tarjetas de crédito o débito para uso internacional.

Los cubanos como Sánchez están adquiriendo monedas digitales, en su mayoría no reguladas, descentralizadas y anónimas, para realizar compras en Internet, invertir y comercializar.

“(A los cubanos) se nos abren varias puertas que normalmente no tenemos”, dijo Sánchez, quien utiliza la criptomoneda bitcoin para comprar en China piezas nuevas que no están disponibles en Cuba.

Alex Sobrino, fundador del canal Telegram Cuba Cripto, donde los cubanos debaten y comercian con monedas digitales, calcula que unos 10, 000 cubanos las usan.

“Utilizamos las criptomonedas para poder recargar los teléfonos, para poder hacer compras en algunos sitios web que permiten criptos. Incluso hay muchachos que me han contado que hasta han sacado reservas de hoteles”, dijo Sobrino, de 33 años, quien atiende un negocio familiar de panadería.

Sin duda, la compra de criptomonedas en Cuba todavía está en un terreno legal gris y es un reto en la práctica, aunque es poco probable que pueda convertirse en un hábito convencional para los 11.2 millones de habitantes de la isla en un corto plazo.

Dado que en su mayoría los cubanos no poseen tarjetas de crédito, muchos solicitan a familiares en el extranjero que hagan la primera compra o compran en canales como Cuba Cripto, que tiene más de 400 miembros.

Con frecuencia, las partes se encuentran cara a cara para que el comprador entregue el efectivo con una comisión y el vendedor efectúe la transacción en una computadora portátil o teléfono móvil.

Sánchez compró sus fracciones de Bitcoin, el cual se cotiza en alrededor de 10,000 dólares cada uno, a través de una startup fundada hace un año por cubanos en Brasil, que busca que las compras de criptomonedas sean más comerciales.

Fusyona, que se autodenomina el primer intercambio de criptos en Cuba, usa el dinero de personas que viven en el extranjero y desean enviar remesas a Cuba para invertir en cualquiera de las nueve principales criptomonedas.

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