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Un mayor apoyo fiscal sigue siendo necesario para limitar la carga de la pandemia en los más vulnerables: FMI
El director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Alejandro Werner, delinea la reforma tributaria que debería implementarse cuando la recuperación esté bien encaminada.
Sigue siendo necesario un mayor apoyo fiscal en México a corto plazo para garantizar recursos adecuados para el sistema de salud, limitar la carga de la pandemia sobre los vulnerables y sentar las bases para una recuperación económica más sólida y de base más amplia, advirtió el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner.
“El espacio fiscal puede ampliarse mediante el anuncio creíble de una reforma tributaria a mediano plazo que debería implementarse cuando la recuperación esté bien encaminada”, consignó.
Entrevistado por El Economista, subrayó que “anunciando de manera creíble una reforma tributaria de calidad a mediano plazo (…) permitiría a México aumentar el gasto social necesario y la inversión pública de alto rendimiento, lo que contribuirá a un crecimiento más sólido e inclusivo”.
La reforma propuesta debería también cerrar las brechas fiscales y reducir la deuda pública a mediano plazo.
“Dado que la recaudación de impuestos no petroleros de México se mantiene notablemente por debajo de la de sus pares, dicha reforma tributaria debería buscar mejorar el desempeño del IVA, ampliar la base y mejorar la eficiencia y la progresividad”.
Desde sus oficinas, en Washington, D.C., refirió un trabajo analítico desarrollado por el Fondo Monetario, para explicar que “un paquete de apoyo fiscal a corto plazo, combinado con una reforma fiscal y política monetaria acomodaticia a mediano plazo, puede generar un dividendo de crecimiento considerable y reducir la deuda a mediano plazo”.
“El dividendo del crecimiento sería aún mayor si se combinara con reformas estructurales sólidas que mejoren el clima empresarial y aumenten la inversión”, consideró.
Pues aún registrando el mayor crecimiento económico en una década, de 5% en este año, México “no recuperará del todo el crecimiento perdido en 2020”.
Cicatrices de la crisis
El directivo dijo que “la pérdida de crecimiento es producto de las cicatrices económicas dejadas por la crisis, asociadas con pérdidas de capital físico y humano que se presentan cuando las empresas se contraen o cierran en una recesión”.
Destacó que ya tienen estudios en el FMI que evidencian que la profundidad de la recesión, así como la desigual recuperación que está presentando la economía, son consecuencia del modesto apoyo fiscal que se aplicó en la pandemia.
“Como se documenta en el reporte Monitor Fiscal de abril de 2021, los países con mayores acciones de gasto e ingresos han experimentado contracciones económicas más pequeñas en relación con las tendencias previas al Covid-19. Este resultado se aplica tanto a las economías avanzadas como a los mercados emergentes.
“La respuesta fiscal de México a la pandemia ha sido modesta en comparación con sus pares de mercados emergentes (ME). Como resultado, no solo ha experimentado una contracción relativamente profunda, sino que también está experimentando una recuperación de dos velocidades”.
Se refiere al crecimiento impulsado principalmente por la demanda externa, ya que México se beneficia de sus conexiones con Estados Unidos, mientras que la demanda interna y la actividad de servicios se mantienen relativamente débiles.
PIB y su relación deuda
El año pasado la deuda de gobierno se incrementó en siete puntos del PIB, promediando al cierre del año en 60% del Producto. Werner sostuvo que “La deuda pública sobre PIB en México aumentó en 2020, a pesar del limitado apoyo fiscal, debido a una fuerte contracción económica y la depreciación del tipo de cambio”
El FMI proyecta que de aquí al año 2026, la razón de deuda sobre el PIB se mantendrá fluctuando en 60% del PIB, por “los efectos duraderos o cicatrizantes de la pandemia”.
“El PIB en el futuro se mantendrá por debajo de lo que se proyectaba antes. Esto contribuirá a mantener elevada la relación deuda sobre PIB”.
De tasas reales y salidas de capital
Sobre las salidas de capital que sigue experimentando México a un año del pico de las tensiones del mercado, en marzo y abril de 2020, comentó que “a diferencia de muchos otros mercados emergentes como Brasil, México no registró flujos de retorno después que las condiciones financieras globales mejoraron en la segunda mitad de 2020”.
“La diferencia puede explicarse parcialmente por las perspectivas de crecimiento futuro. Las entradas en la segunda mitad del año pasado se produjeron en algunos países donde los mercados eran relativamente optimistas sobre las perspectivas de crecimiento, liderados por un mayor apoyo fiscal”.
Sobre la tasa de política del Banco de México (Banxico), consideró que “debe centrarse en lograr el objetivo de política de mantener una inflación baja y estable, incluso apoyando la recuperación para minimizar la holgura económica”.
Curva de rendimientos de EU y su impacto en México
El directivo del FMI explicó que los rendimientos de los bonos a más largo plazo en los Estados Unidos han aumentado anticipando la recuperación económica, aunque se espera que la Reserva Federal mantenga su tasa de fondos federales estable durante algún tiempo. Considera que “hasta ahora, el impacto de este empinamiento de la curva de rendimientos de Estados Unidos sobre los precios de los activos y los flujos de capital en América Latina ha sido algo atenuado”.
“Pero las tasas de interés denominadas en dólares estadounidenses y en moneda local para los países latinoamericanos han aumentado junto con las estadounidenses, lo que está contribuyendo a elevar el costo del financiamiento para los gobiernos y las corporaciones de la región”.
En México, por ejemplo, el rendimiento del Bono a 10 años subió 150 puntos base hasta el 7% en marzo. El sentimiento del mercado ha mejorado desde entonces, pero los flujos externos en el mercado de bonos domésticos siguen siendo débiles y el rendimiento a 10 años se mantiene en niveles observados antes de la pandemia, a pesar de los 300 puntos básicos de los recortes de tasas de política de Banxico durante el último año.
kg