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Zona euro cerró 2021 con inflación récord por energía
En diciembre los precios en este rubro experimentaron un alza de 26%; alimentos, alcohol y tabaco subieron 3.2%.
La inflación anual de la zona euro se situó en 5% en diciembre desde 4.9% de noviembre, con lo que marcó su nivel más elevado de los últimos 25 años, de acuerdo con estadísticas divulgadas el viernes.
La agencia europea de estadísticas Eurostat apuntó que no había registrado una cifra tan alta desde que empezó a realizar sus estudios en 1997.
Se trata de una primera estimación de Eurostat para inflación de la zona euro para el 2021, que confirma la tendencia provocada por el fuerte aumento de los precios de la energía en los 19 países que comparten el euro.
Según Eurostat, en diciembre los precios de la energía experimentaron un alza de 26%, marcadamente por encima de todos los otros componentes de la inflación. La alimentación, alcohol y tabaco, por ejemplo, tuvieron un alza de 3.2%, contra 2.2% registrado en noviembre.
Los bienes industriales, a su vez, cerraron con alza de 2.9% en diciembre, contra un nivel de 2.4% en noviembre. En tanto, el sector de servicios experimentó en diciembre un alza de 2.4%, contra 2.7% de noviembre.
Por encima de las metas
En noviembre del 2021, la inflación de la zona euro ya batió un récord en una cadena de aumentos que comenzó en agosto.
Estas cifras están muy por encima del objetivo del Banco Central Europeo (BCE), que busca una inflación anual inferior a 2% en los países de la zona euro.
Pero para la institución monetaria esta inflación es algo pasajero y disminuirá en el 2023.
A finales del 2021, el BCE había elevado significativamente sus previsiones de inflación en la zona euro, citando precisamente los precios de la energía. Mencionó las dificultades en las cadenas de suministro, en un contexto de fuerte demanda.
Ahora, el BCE trabaja con una previsión de inflación de 3.2% para el 2022 y retornar al nivel de 2% en el 2023.
Presión en España
Entre los principales países de la zona euro, España (6.7%) y Alemania (5.7%) registraron una inflación más alta que la media europea el mes pasado. En Italia (4.2%) y en Francia (3.4%), la inflación se situó por debajo de la media, según Eurostat.
La inflación fue especialmente alta en los países bálticos, comenzando por Estonia (12%) y Lituania (10.7 por ciento), mientras los países que registraron las alzas de precios más moderadas fueron Malta (2.6%) y Finlandia (3.2 por ciento).
Este escenario inflacionario se ve agravado por la incertidumbre generada ante la rápida expansión de la variante Ómicron.
Jack Allen Reynolds, analista de la consultora Capital Economics, expresó su confianza en un retroceso en la presión de los precios de la energía.
“Se espera que la inflación de la eurozona retroceda este año ante la caída en el componente energético”, señaló.
Por su parte, Bert Colijn, analista del banco ING, apuntó que la cifra de 5% es de hecho “una cifra histórica, pero podemos esperar ver tasas de inflación más bajas a partir de ahora”.
El aumento de los precios de la energía podría obligar al BCE a dejar de “mirar de reojo” la elevada inflación y actuar para moderar el crecimiento de los precios, sobre todo si la transición ecológica resulta inflacionista, declaró el sábado Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE.
Según la agencia Reuters, Schnabel dijo que había dos escenarios en los que el BCE tendría que cambiar de política.
El primero es si los elevados precios de la energía se transmiten a otros sectores de la economía y alteran el comportamiento de la fijación de precios.
“Hasta ahora, sin embargo, no hay señales de efectos secundarios más amplios. El crecimiento salarial y las demandas de los sindicatos siguen siendo comparativamente moderados”, añadió.
El segundo escenario sería si la trayectoria de los precios de la energía, fuertemente afectados por los impuestos sobre el carbono y la transición ecológica, amenaza con llevar a la inflación por encima del objetivo.
Los desequilibrios de la oferta y la demanda pueden seguir prolongándose en medio de la transición y es probable que los precios del carbono sigan subiendo, lo que significa que la contribución de los precios de la energía y la electricidad a la inflación al consumo podría estar por encima de su norma histórica a medio plazo, añadió Schnabel.