Fitch no moverá la calificación crediticia ni perspectiva de corporativos mexicanos

La calificadora Fitch no tomará ninguna decisión sobre la calificación o perspectiva de los sectores corporativos mexicanos, emisores del sector energético, bancario o retail sin conocer exactamente cómo quedará la relación comercial entre México y Estados Unidos, advirtió Saverio Minervini, director de corporativos para América Latina en la firma.

Reconoció que las tasas altas y la volatilidad cambiaria son factores que limitan la posibilidad de las empresas de hacer proyecciones y en un ambiente incierto como el que prevalece desde enero, por los aranceles, resulta aún más difícil.

De visita en México, explicó que las valoraciones que hacen en la agencia se toman a partir de los datos y resultados confirmados.

Sobre la posibilidad de que se presente una contracción económica, dijo que tan solo toman evidencia de los indicadores. En el caso de México, los del último trimestre del 2024 son relevantes pero tendrán que esperar hasta abril para incorporar en su valoración los datos del primer trimestre de este año.

Entrevistado por El Economista aclaró que las calificaciones suelen indicar la capacidad de pago de largo plazo de un emisor y van through the cycle un lapso de tres a cinco años, mientras la perspectiva de la nota cubre un horizonte de 11 a 24 meses.

La calificación de México en Fitch, por ejemplo, se encuentra en “BBB-“ desde abril del 2020, lleva cinco años sin cambio, es decir, no se modifican con frecuencia

Relocalización sólo en el marco del T-MEC

Sobre el nearshoring, el analista subrayó que las ventajas competitivas de México son enormes para aprovechar la cercanía geográfica con Estados Unidos en el marco del acuerdo comercial T-MEC.

Refirió los análisis que ha divulgado la calificadora sobre los sectores corporativos para advertir que la incertidumbre sobre las relaciones comerciales empeora significativamente el contexto empresarial para las empresas mexicanas.

Este ambiente alimenta la preocupación sobre la actividad económica y afecta las perspectivas de la relocalización, reconoció.

Las tomas de decisión requieren una trayectoria de inversión predecible y la incertidumbre que está generándose a nivel internacional respecto de la relación comercial con Estados Unidos no otorga, por ahora, esas condiciones.

En los años 2023 y 2024 fueron otra la historia y fue el argumento que llevó a México a convertirse en el principal proveedor de Estados Unidos, rebasando a China.

Socios en sectores estratégicos

El director de corporativos para América Latina en Fitch dijo que si el país quiere mejorar su atractivo, necesita socios.

Tomó como ejemplo el reciente anuncio que hizo la presidenta de México sobre los nuevos contratos que se pueden hacer con Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero reconoció que prevalecen limitaciones en infraestructura.

Se necesita más electricidad disponible, agua y rutas de conexión. Un país tan grande como México necesita atraer muchas más inversiones.

Calificaciones no cambian por expectativas

Minervini reconoció que ahora mismo, con la información disponible el área de investigación económica de Fitch ajustó a cero su pronóstico de crecimiento para México desde 1.1% que tenían en diciembre. Pero nuevamente, esta previsión no tiene ni ha tenido aún impacto en la calificación ni en la perspectiva de las notas porque no son datos confirmados.

Admitió que ellos mismos simularon qué pasaría en un escenario de aranceles generalizados, donde la economía se iría a una recesión donde el PIB caería hasta en 2% o un poco más.