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Economía

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La inflación de la eurozona repunta y refuerza la idea de prudencia en la política monetaria

La inflación en los 20 países que comparten el euro se aceleró hasta 2.0% debido sobre todo al aumento de los precios de los alimentos y la energía, superando las expectativas del 1.9% según un sondeo de Reuters entre economistas.

Supermercado en Francia. Foto: Reuters

Foto: reuters

La inflación de la zona euro se aceleró más de lo previsto en octubre y podría seguir repuntando en los próximos meses, lo que refuerza la idea de prudencia del Banco Central Europeo a la hora de recortar los tipos de interés, en un momento en que el crecimiento de los precios aún no se ha controlado del todo.

La inflación en los 20 países que comparten el euro se aceleró hasta 2.0%, desde el nivel de 1.7% de septiembre, debido sobre todo al aumento de los precios de los alimentos y la energía, superando las expectativas del 1.9% según un sondeo de Reuters entre economistas.

Eurostat informó el jueves que la cifra de inflación, que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, se mantuvo en el 2.7%, por encima de las previsiones del 2.6%.

La inflación ha caído rápidamente desde que alcanzó los dos dígitos hace dos años y la mayoría de los economistas la sitúan de nuevo en el objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo en algún momento del primer semestre del próximo año, tras cierta volatilidad en los últimos meses de 2024.

Este retorno relativamente rápido al objetivo también ha alimentado un debate en las últimas semanas, en el que algunos responsables del BCE han argumentado que existe un riesgo latente de que el crecimiento de los precios caiga realmente por debajo del objetivo y el BCE tenga que empezar a estimular el crecimiento para evitar una inflación excesivamente baja.

En opinión de algunos, unas perspectivas tan poco halagüeñas podrían incluso obligar al BCE a acelerar el ritmo de recortes de tasas y reforzar los argumentos a favor de una medida mayor de lo habitual en diciembre.

Sin embargo, este argumento aún no ha cobrado fuerza y los conservadores, o "halcones" de la política monetaria en la jerga de los bancos centrales, se han opuesto, abogando por medidas mesuradas y graduales, ya que una larga lista de factores aún podría empujar los precios al alza.

Factores de preocupación

Uno de los principales motivos de preocupación es que la inflación de los servicios, el principal componente de la cesta de precios al consumo, sigue siendo demasiado rápida y se mantiene estable en 3.9%.

El crecimiento de los salarios también es superior a la tasa del 3% que el BCE considera coherente con su objetivo y los hogares disponen de abundantes ahorros, lo que podría impulsar el ahorro de los consumidores y el crecimiento global.

El mercado laboral también se mantiene firme, con una tasa de desempleo que en septiembre se mantuvo en su mínimo histórico del 6.3%, según otros datos de Eurostat publicados el jueves.

El argumento de los dirigentes a favor de los estímulos monetarios de que el crecimiento global es demasiado débil para sostener una inflación del 2% también recibió un golpe esta semana, cuando los nuevos datos mostraron que la economía creció un 0.4% en el tercer trimestre, el doble de lo esperado, y Alemania, Francia y España mostraron una sorprendente resistencia.

Pero los economistas también parecen coincidir en que no es probable un repunte significativo del crecimiento y que la zona euro seguirá creciendo a un ritmo tibio, por debajo de lo que se considera su potencial.

Por ello, las nuevas bajadas de tasas del BCE están casi aseguradas y ningún responsable de política monetaria ha cuestionado la necesidad de volver a actuar el 12 de diciembre, lo que sugiere que la medida es en gran medida un hecho, a menos que haya grandes sorpresas en los datos que alteren las perspectivas.

Los inversores financieros apuestan ahora por que el tipo de depósito del 3.25% del BCE podría descender hasta 2%, o incluso por debajo, a finales de 2025.

La mayor incertidumbre, sin embargo, serán probablemente las elecciones estadounidenses, según los dirigentes monetarios, ya que podrían tener implicaciones de largo alcance para el comercio, el crecimiento y la inflación, lo que podría requerir medidas políticas más adelante.

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