3 etapas para empezar tu nueva gestión como líder

Existen lideres que nos inspiran, que nos motivan a ser mejores día a día y que son ejemplo a seguir. Si recientemente fuiste promovido y ahora tendrás un equipo a tu cargo es probable que te preguntes qué hacer para convertirte en un líder que impulse el talento de los colaboradores.

Empieza por dejar atrás las viejas formas de liderazgo, aquellas actitudes autoritarias y donde el jefe tenía la razón y empieza a preocuparte por los intereses de los colaboradores. Está comprobado que tiene mayor impacto un directivo que es respetuoso, humilde, resiliente y que pone al colaborador al centro de la compañía.   

Cecilia Mansilla, experta en liderazgo y desarrollo personal e instructora de Udemy dice que los primeros 100 días son clave para generar confianza un equipo sólido, por ello le recomienda a los nuevos directivos varios aspectos a desarrollar.

Determinación, visión y propósitos claros son fundamentales, pues tener claridad de hacia dónde dirigirse como persona y como equipo en la compañía será básico para lograr los objetivos. También recomienda tener una comunicación efectiva, ser empático y escuchar a los colaboradores.

Otra recomendación es establecer metas y darles seguimiento, ello permitirá acompañar a los trabajadores en el desarrollo de sus actividades y ayudarlos a cumplir los objetivos.

Lo más importante es desarrollar al personal, pues si los colaboradores sienten el apoyo del líder su compromiso aumentará, porque sabrán que su trabajo será compensado.

Qué hacer los primeros 100 días

Una vez que has definido los objetivos y las cualidades que debes desarrollar es hora de poner manos a la obra y aplicarlos. Recuerda, los primeros 100 días son clave para lograr hacer match con los colaboradores.

Etapa 1: Reconocimiento

Mansilla recomienda reconocer y comprender el nuevo rol, así como sus obligaciones, reflexionar por qué decidiste asumir este puesto de liderazgo y qué expectativas tienes para el mismo.

“Durante esta etapa, tendrás que diseñar tu presentación personal y profesional para compartir con tu nuevo equipo, establecer expectativas claras y valores que guiarán tu actuar, así como reunirte con la persona a quien reportarás para definir objetivos y áreas de enfoque de tu trabajo”.

Etapa 2: Construcción

Esta etapa se centra en construir una base sólida para liderar y gestionar a tu equipo. Es importante analizar los roles y responsabilidades de cada miembro, identificar fortalezas y áreas de mejora, y establecer metas claras a nivel grupal y para cada persona.

Define estrategias de contacto, apoyo y seguimiento, como reuniones recurrentes, haces sabes que estas disponible para ayudarlas en su crecimiento. Durante esta etapa, también vas a identificar las necesidades de capacitación y desarrollo del equipo y buscar recursos y programas de formación adecuados.

Etapa 3: Adaptación

Enfócate en la adaptación continua, porque como lideres estarás expuesto a cambios constantes y tendrás que tomar decisiones rápidas que podrán cambiar el ritmo del equipo. Mansilla también enfócate en crear una cultura continua de aprendizaje en el trabajo para garantizar oportunidades de desarrollo eficaz de las competencias.

Esta etapa implica realizar evaluaciones de desempeño y ofrecer retroalimentación individualizada a quienes integran el equipo, identificar áreas de mejora y establecer planes de desarrollo personalizados, así como un ambiente de trabajo saludable y equilibrado.

Estas recomendaciones te ayudarán a formar el camino para ser un buen líder, pero puedes ajustar tu estrategia según las necesidades y desafíos específicos de tu equipo y entorno laboral.