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El Empresario

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7 leyes del liderazgo para crear mejores conexiones

Los líderes necesitan desarrollar habilidades que van más allá de la parte operativa o de un puesto.

Para alcanzar el nivel de bienestar necesario es necesario contar con políticas flexibles de recursos humanos. Foto: Shutterstock.

Para alcanzar el nivel de bienestar necesario es necesario contar con políticas flexibles de recursos humanos. Foto: Shutterstock.

Tener un cargo de liderazgo no garantiza que las personas lo sigan, ya que para generar influencia, se necesitan de conexiones y eso se logra a través de la confianza. 

Sin embargo, hay casos de personas que liderar se les da bien por naturaleza, pero eso no quiere decir que no tengan que mejorar o dejar de aprender, ya que las interacciones evolucionan y las prioridades cambian.

Los líderes eficaces saben que uno primero debe tocar el corazón de la gente antes de pedirles una mano”, explica John C. Maxwell, en su libro Las 21 leyes irrefutables del liderazgo.

En este sentido, John C. Maxwell plantea que existen normativas que ayudan a los líderes a entender mejor a las personas sobre sus necesidades, así como puntos clave que parten desde el autoconocimiento.

7 leyes que ayudan a conectar con las personas

El autor plantea 21 leyes, las cuales son independientes unas de otras, pero al mismo tiempo son complementarias, por ellos te compartimos siete leyes clave para mejorar la relación entre líder y colaboradores. 

1. Ley de la conexión: Uno de los principios para ser un líder es crear conexiones con otras personas y para lograrlo, se recomienda hacerlo de forma individual y con credibilidad e interés genuino al escuchar y querer apoyar a los demás.

Cabe mencionar que los líderes que intentan poner en marcha esta ley y fracasan, se debe a que persiste la creencia que los miembros están obligados a seguir a su líder por el hecho de que un puesto lo dice, pero si no hay confianza, difícilmente lo seguirán.

“Los líderes por oposición piensan: ‘Yo soy el jefe, yo estoy a cargo o ellos son mis empleados, que se acerquen ellos a mí’. Pero los líderes exitosos son siempre los que inician y dan el primer paso para acercarse a otros y luego hacen un esfuerzo por continuar fortaleciendo la relación”.

2. Ley del terreno firme: La confianza es pieza del liderazgo, pero para ganarla se requiere de las siguientes cualidades: competencia, conexión y carácter.

En este contexto, la confianza permite que las personas sean empáticas ante los errores, siempre y cuando el líder sea consciente de su error y pida paciencia, sobre todo en aquellos que son nuevos en la organización.

El buen carácter de un líder infunde confianza a sus seguidores, pero cuando un líder quebranta la confianza pierde su capacidad de dirigir. Esa es la Ley del terreno firme”.

3. Ley de la navegación: Para no perder la confianza ante el equipo, un líder no puede dirigir sin antes tener un plan o esperar a que las cosas sucedan por casualidad o a la suerte.

“La verdad es que casi cualquier persona puede gobernar el barco, pero se necesita que un líder trace la ruta. Esta es la ley de la navegación”.

Esto quiere decir que el liderazgo necesita anticiparse a los posibles riesgos y en caso de que llegue a pasar, tener un plan de acción, centrarse en las necesidades del equipo, conocer las habilidades, limitaciones de cada uno y utilizarlas a favor de todos.

4. Ley del proceso: Se trata de la inversión al centrarse en ser un mejor líder. Este proceso requiere de paciencia ya que el éxito no llegará de un día a otro.

Debido a que el proceso puede ser lento, es necesario aplicarlo todos los días, aprender de los malos y buenos días para no caer en la desmotivación. Por eso, el autor plantea verlo como una especie de inversión.

“Los líderes exitosos son aprendices. Y el proceso de aprendizaje es continuo, resultado de la autodisciplina y la perseverancia. La meta de cada día debe ser mejorar un poco, edificar sobre el progreso del día anterior”.

Por ello, una de las ventajas del liderazgo es que no se queda en un mismo punto, ya que los tiempos cambian y nunca es tarde para iniciar o retomarlo. Un caso actual, es el reto de las organizaciones en cómo trabajar con las nuevas generaciones que se adentran al mundo laboral.

5. Ley de las prioridades: Para evitar el agotamiento en actividades que no sean esenciales, se aconseja centrar la atención en tareas que están en el 20% principal y así, recibir el 80% de retorno de esfuerzo.

Por ejemplo, si un líder tiene 10 tareas pendientes y se enfoca únicamente en terminar dos que son prioritarias, recibirá el retorno del 80% de tiempo. Pero para seleccionar estas tareas debe plantearse las siguientes tres preguntas:

¿Cuál es el requisito? Es decir, quién solicitó dicha labor o en caso de un cliente, conocer el perfil y si es uno de los principales; la segunda pregunta, es ¿cuál da mayores retornos? Consiste en analizar si únicamente puede el líder hacer dicha tarea o es posible delegarla a alguien del equipo y la última pregunta es: ¿Qué produce la mayor recompensa? Esto va más allá de una ganancia monetaria, puede ser algo emocional o mejorar la relación con una persona.

6. Ley de la influencia: Culturalmente se cree que entre más títulos académicos o un cargo alto tenga una persona, su manera de gestionar personas es incuestionable, pero lo cierto es que el liderazgo auténtico no los necesita.

“El verdadero liderazgo no puede ser otorgado, nombrado, ni asignado. Sólo procede de la influencia, y esta no puede imponerse. Debe ser ganado”, comenta John C. Maxwell.

De manera que, un líder no necesita saberlo todo, tener una extensa trayectoria académica o asistir a cursos de liderazgo si no pone en práctica lo aprendido.

7. Ley del tope: Esta ley depende de la voluntad del líder por seguir aprendiendo o quedarse atrás y esto se resume a que entre mayor capacitación tiene, aumentan sus probabilidades de conseguir el éxito. 

Es decir, implica la importancia en desarrollar habilidades blandas, invertir en el crecimiento profesional y personal para elevar el tope.

El éxito personal sin capacidad de liderazgo sólo produce una eficacia limitada. El impacto de una persona representa sólo una fracción de lo que podría ser si esta tuviese un buen liderazgo. Cuanto más alto desee escalar, más necesita el liderazgo. Cuanto más alto sea el impacto que desee causar, tanto mayor influencia necesitará”.

Periodista de la sección El Empresario. Especializada en temas de emprendimiento, pymes, management, cultura laboral y crecimiento empresarial.

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