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Adaptación, aprendizaje, innovación; claves para la reactivación
A principios del año 2020 la mayoría de las organizaciones, independientemente de su tamaño, sector, propiedad o estructura, tenían proyectadas sus ventas y utilidades, algunas con mayor rigor en la prospectiva del negocio, con identificación de riesgos, oportunidades y alternativas que las llevarían a la permanencia, el crecimiento y a la generación de valor.
A principios del año 2020 la mayoría de las organizaciones, independientemente de su tamaño, sector, propiedad o estructura, tenían proyectadas sus ventas y utilidades, algunas con mayor rigor en la prospectiva del negocio, con identificación de riesgos, oportunidades y alternativas que las llevarían a la permanencia, el crecimiento y a la generación de valor.
Ninguna consideró la posibilidad de una situación de orden mundial como el Covid-19, que las obligó en muchos casos a cerrar definitiva o temporalmente, o replantear sus modelos de negocio para enfrentar una crisis desconocida, por lo tanto, incierta y cambiante.
Así, esta pandemia modificó dinámicas, relaciones sociales, modos de producción y por supuesto al entorno empresarial. De acuerdo a la encuesta ECOVID-IE 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 93.2% de las empresas, sin importar el tamaño, se han visto afectadas, impacto que se ve reflejado en la disminución de ingresos, baja demanda, escasez de insumos y/o servicios, así como en la reducción de personal, de prestaciones y/o remuneraciones.
Reactivación post Covid-19
Ahora que tenemos en puerta una nueva economía producto del Covid-19, las organizaciones deberán considerar que la recuperación, la permanencia y el crecimiento, deben fundamentarse en la capacidad de adaptarse a entornos cambiantes, a aprender de las lecciones sufridas, a entender las variables del mercado, del entorno y de la competencia de sus productos o servicios.
Será importante planear en el corto, mediano y largo plazo, midiendo adecuadamente sus resultados, con identificación clara de los riesgos asociados a los diferentes escenarios, sin dejar fuera los desafíos sociales y ambientales que, si bien en cierta medida dependen de las decisiones de los gobiernos, también son influidos por las decisiones que se tomen en las empresas.
De ahí que, medir el impacto de elementos como la adaptación a nuevas formas laborales, la movilidad de empleados, diversas formas de inversión en activos, uso eficiente de espacios e infraestructura y nuevos modelos y agentes en la cadena de valor, serán factores fundamentales para la reactivación que permitirán la generación de valor en la organización.
Aunado, a que los directivos además de considerar su propósito empresarial, el cumplimiento normativo, las estrategias adaptadas a los entornos cambiantes, el uso de la información para la toma de decisiones, deberán también tener muy presente la gestión del talento humano, la responsabilidad y ética en sus decisiones, permitiendo así que un buen talento humano opere eficientemente en los nuevos entornos, con una medición del desempeño y planes de acción adecuados.
Ante este escenario, elementos como la adaptación, el aprendizaje, la innovación, la creatividad, la incursión en nuevos mercados y diferentes modelos de respondan a la nueva realidad, así como la reinversión permanente, el análisis de escenarios, estrategias y planes flexibles, deberán ser las características de la moderna y asertiva gerencia que permitirá a las organizaciones obtener mejores resultados y mayor impacto positivo en sus stakeholders.