Administración de riesgos y planeación financiera

Continuando con los temas de las últimas semanas, hoy aterrizaremos los efectos de la administración de riesgos en las operaciones cotidianas de las entidades.

La administración de cualquier tipo de entidad se basa en la previsión de los eventos que el gobierno de la entidad quiere que sucedan y existen dos categorías: aquellos sobre los que la administración tiene control y aquellos cuya ocurrencia está fuera de su alcance.

Cuando se lleva a cabo la planeación, generalmente asentada en presupuestos, la administración recolecta información de aquellos eventos que no controla como: las proyecciones de crecimiento económico y de consumo por parte de una población de interés para la entidad, la tasa de interés proyectada, la inflación esperada, entre otros, estos a su vez son determinados por dichos expertos en función a el desempeño económico reciente y a ciertos motivadores a la economía y al consumo que también se proyecta que ocurran, como son el gasto del gobierno, la disponibilidad de crédito productivo y al consumo, entre otros.

Basado en esos datos, la administración determina sus proyecciones sobre aquellos eventos que sí puede controlar, como son su producción, su inversión y su gasto, incluyendo el costo del personal involucrado en las operaciones de la entidad, así como otros desembolsos necesarios, como un gastos en publicidad y promoción, en mejora de procesos y aumento de eficiencia, entre otros.

Los datos anteriores son analizados y combinados para elaborar un presupuesto basado en la mejor estimación de las expectativas de la entidad, tanto de continuidad de las operaciones como del crecimiento esperado. Esa planeación y el presupuesto serán la guía de operación para el período por el cual se planeó, normalmente un año.

Al empezar la planeación inicia la etapa de ejecución y con esta viene aparejado el control. La función de las diferentes áreas operativas de la entidad es que dicha planeación y presupuesto se cumpla de la mejor manera posible.

El control presupuestario, viene aparejado con la administración de riesgos. El primer riesgo que la administración debe de manejar es el no cumplimiento de los planes y presupuestos, ya que trae como consecuencia, el desequilibrio presupuestario. Por ejemplo, en una empresa comercial, si el prepuesto de ventas no se cumple, no llegarán recursos suficientes para que enfrente los compromisos que se adquirieron para financiar la producción y/o adquisición de los bienes y servicios usados; por otro lado, si las expectativas de ventas son excedidas, se corre el riesgo de que la producción planeada no cumpla con el mercado comprometido y por lo tanto, al incumplir, la imagen de la entidad ante sus clientes quede comprometida.

La administración de riesgos debe anticipar dichas situaciones para que la administración lleve a cabo los ajustes necesarios a la planeación y a la operación para hacer frente a una realidad diferente a la planeada.

En cuanto a el gasto, decía un amigo mío, “el ingreso presupuestado puede que se cumpla o no, pero el gasto siempre se va a cumplir”, esto en referencia a que siempre se tiene que vigilar el gasto, ya que existe la tendencia a ejercerlo, aún que no se cumplan las otras expectativas. Por lo mismo, la administración de riesgos debe estar al pendiente que, cuando haya ajustes a los ingresos, siempre se busque la mayor eficiencia en el gasto.