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Alimentos que consumes en la oficina y que dañan tu cerebro
Expertos en nutrición señalan que cuando se está sentado mucho tiempo, los productos ricos en azúcares y grasas inflaman además el intestino, el hígado y el corazón.
La carga de trabajo y el poco tiempo libre que se tiene en la oficina, muchas veces conduce a los empleados a consumir alimentos ricos en grasa, tales como hamburguesas, quesadillas, papas fritas o galletas que, si bien mitigan el hambre, tienen efectos como la inflamación del cerebro, lo que provoca que se pierda la concentración, señalan expertos.
La nutrióloga Rubiceli Medina Aguilar, investigadora del Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados), afirma que los alimentos altos en grasa y azúcares generan adicción. Tan sólo este último es 10 veces más adictivo que la cocaína y se debe a que los compuestos de la comida “chatarra” aumentan la excitación de las neuronas y estimulan los centros del hipotálamo, que se relacionan con las adicciones.
Comer dulces o botanas en el escritorio evita que el cerebro se oxigene debidamente, lo que provoca que baje el nivel de concentración y por ende la productividad, además de que nuestro organismo demanda seguir consumiéndolos.
Los azúcares y grasas también activan otras partes inflamatorias del cuerpo. La experta en nutrición señala que el intestino, el hígado y el corazón también se ven afectados, y a la larga, esto provoca enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes, hipertensión o psiquiátricas como la depresión.
La también nutrióloga Alejandra Toledo Vilchis observa que, además de consumir estos alimentos sin realizar siquiera una caminata antes de regresar a la oficina provoca exceso de grasa abdominal o en las caderas. El consumo de sal en altas cantidades provoca retención de líquidos y con ello la aparición de celulitis.
El café, otro insumo importante en toda oficina, también juega un rol negativo. Medina Aguilar indica que una cantidad no mayor a 400 gramos (tres tazas) al día ayuda a mantener el estado de alerta, porque inhibe los receptores de adenosina que hacen que una persona esté tranquila, pero cuando el consumo rebasa los 500 miligramos (cuatro tazas), pone en riesgo la calidad del sueño.
COMIDA SALUDABLE
Tener una alimentación saludable cuando no se cuenta con el tiempo suficiente para llevar comida a la oficina, resulta complicado. Sin embargo, si quieres cuidar tu salud, debes empezar por pequeños detalles, como disminuir gradualmente tu consumo de azúcar y grasa, y elegir aquellos que tengan menos cantidad.
Rubiceli Medina Aguilar recomienda evitar en el trabajo el consumo de galletas o harinas entre comidas. Si se tiene hambre, opta por semillas o fruta que aumentan la concentración, como las nueces, cacahuates y almendras.
Un estudio de la Universidad de Ottawa indica que una persona que está en estado de reposo (un oficinista) debe consumir un promedio de 1,300 kilocalorías por día y estima que la actividad cerebral gasta alrededor de 260 calorías diarias para funcionar adecuadamente.
Consumir en una comida una hamburguesa, un helado y galletas con chispas de chocolate suman con conjunto 2,000 calorías, lo que rebasa la ingesta diaria recomendada.
Rubiceli Medina Aguilar enfatiza en comer tres veces al día y consumir 400 gramos de fruta y verdura, que equivalen a cinco porciones, las cuales aportan nutrientes, vitaminas, fibra y azúcar que favorece la integridad de las células.
Por su parte Alejandra Toledo Vilchis subraya la necesidad de consumir al menos dos litros de agua al día y preferir alimentos más naturales como ensaladas que dan energía y aumentan la concentración y productividad.
Se debe empezar por “reducir un poco los alimentos procesados, por ejemplo el refresco y consumir aquellos más frescos, que tengan vitaminas, minerales y nutrientes. Esto te va hacer una persona más inteligente, con mayor capacidad de concentración, aprendizaje, retención y prevención en enfermedades neurodegenerativas”, concluye Medina Aguilar.