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Alternativas preventivas de planeación
La posibilidad de otro encierro total o parcial derivado de un nuevo incremento en contagios del Covid-19 en cualquier variante.
La administración en cualquier tipo de entidad está (o debería estar) actualmente en un proceso de revisión de todos sus planos para el próximo año; sin embargo, a menos que se tenga una posición de dominancia en el mercado que le corresponda, existen algunas situaciones que representan incertidumbre para el futuro cercano:
- La posibilidad de otro encierro total o parcial derivado de un nuevo incremento en contagios del Covid-19 en cualquier variante.
- Cierre de fronteras en países con los que se tengan operaciones relevantes.
- Escasez de materias primas o insumos derivados de los problemas de logística y cierre de algunos mercados.
- Un incremento en los precios de materias primas originados por el punto anterior.
- Incremento en la inflación, sobre todo aquellos factores que puedan afectar los costos de la entidad.
- Variaciones en los tipos de cambio en las monedas en las que se lleven a cabo transacciones significativas de la empresa.
- Incrementos en las tasas de interés que hagan más caro el financiamiento existente en la entidad o necesario para operar.
El proceso de planeación, como ya hemos visto en artículos anteriores, requiere que exista cierto nivel de certidumbre en cuanto al cumplimiento, dentro de cierto rango, de las proyecciones o estimaciones publicadas por autoridades y otros agentes económicos que influyen o miden la actividad económica.
Datos tales como las proyecciones en el crecimiento del producto interno bruto, las tendencias sectoriales, los índices de precios y las tasas de interés, proporcionan al encargado de determinar los objetivos de la entidad, elementos para fijar esos objetivos y en su caso ajustarlos al alza o a la baja, de acuerdo con las perspectivas; sin embargo, estos ajustes requieren suficiente tiempo para que tengan los efectos deseados.
Por todo lo anterior, en el proceso de planeación de este fin de año, la administración deberá tomar todas aquellas premisas que le den cierta garantía de que pueden ser acertadas, siempre dentro de cierto rango de maniobra, y desechar en la medida de lo posible un optimismo no sustentado.
A menos que tenga una clara evidencia de que su sector se comportará de una manera mejor que la economía en su conjunto, sus proyecciones de crecimiento en volumen y en ventas, deberán ser conservadoras para cubrir la posición en la que se encuentra y un crecimiento moderado. Su política de precios deberá estar en función a un justo equilibrio entre el objetivo de mantener su posición y cubrir los costos para obtener un margen adecuado.
En la planeación, deberá buscar alternativas de sustitución de fuentes de materia prima e insumos, tomando en cuenta las diferencias en precios y calidades, que tanto afectará a los procesos, y en su caso que ajustes habría que hacer los mismos.
Deberá mantener una política de control de gastos y en su caso algún tipo de compensación entre una disminución de los gastos no esenciales para cubrir un aumento del costo laboral adecuado para mantener la plantilla de personal necesaria.
Buscar desarrollar mayor eficiencia en los procesos productivos y administrativos sin afectar la eficacia en el cumplimiento de los objetivos planteados.
La administración deberá lograr un mejor equilibrio en el costo financiero, de tal manera que las finanzas de la entidad mantengan o mejoren su posición sin afectar el resultado neto pretendido.
Así mismo, en el proceso de planeación, deberá contemplar encontrar un equilibrio en la posición en monedas extranjeras, de tal manera que cualquier cambio en el tipo de cambio de las divisas, tenga un efecto neutral tanto en los flujos como en los resultados de la empresa.