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Aprende a delegar y haz que tu empresa crezca
¿Empezaste tu negocio y no tienes tiempo para distraerte? Tal vez has escuchado que eso pasa cuando decides ser tu propio jefe, pero no tiene por qué ser así siempre. Si aprendes a delegar, las cosas pueden cambiar. Empieza por dejar de preguntar si te entendieron y mejor comienza a preguntar qué te entendieron.
¿Empezaste tu negocio y no tienes tiempo para distraerte? Tal vez has escuchado que eso pasa cuando decides ser tu propio jefe, pero no tiene por qué ser así siempre. Si aprendes a delegar, las cosas pueden cambiar.
Probablemente ya lo intentaste, y contrataste a alguien para estar en caja o llevar las cuentas, y los resultados no fueron favorecedores. Tal vez no es cuestión de que hayas contratado a la persona incorrecta, sino de que no supiste transmitir lo que deseabas y piensas que nadie hará las cosas como tú lo harías.
A diferencia de trabajar en una empresa, donde el jefe te puede orientar, el emprender requiere prueba y error, porque lo que para unos funciona, para otros no.
“Cuando se comienza un negocio se experimenta y se descubre qué es lo que sucede”, dijo Víctor Salgado, consultor de negocios y autor del libro Delegar bien. Agregó que el principal problema es que nunca “se nos ha dicho cómo delegar, cómo pedir las cosas”.
Por ejemplo, puede que te vaya mal la primera vez que contratas a alguien para estar en la caja registradora. La cuestión es aprender de ello y enseñarles cómo se deben hacer las cosas
Claro que no tienes el tiempo de experimentar y perder ingresos en prueba y error, pero si no te arriesgas no harás cosas diferentes, tú negocio no crecerá y no tendrás tiempo para ti mismo, y todo el peso caerá sobre ti.
“Entonces me volveré el músculo de mi negocio y sólo yo picho, cacho, bateo y corro. Sí puedo tener equipo pero si no le sé delegar bien difícilmente voy a lograr desprenderme de esas actividades, voy a estar detrás de la caja, visitando a los clientes, y eso detiene el crecimiento”, precisó Salgado.
Es complicado delegar, porque se está acostumbrado a desplazar las acciones para después, desde la niñez y en la escuela se hacía, cuando los maestros exigían un trabajo pero no lo revisaban o permitían que se entregara otro día. Si haces memoria, tal vez del que aprendiste más fue del profesor más exigente, que no te permitía entregar el trabajo otro día.
Lo mismo pasa con las empresas, cuando son muy “buena onda” con los empleados, éstos se aprovechan y alargan la entrega de trabajo. El problema es que no les ponen objetivos ni se es lo suficientemente estricto.
Las tres claves
Para saber delegar, Carmona creó un método basado en tres claves que permiten que los líderes deleguen las tareas e impulsen el crecimiento del negocio.
El primer punto Salgado lo llama “definir bien”, y se enfoca en dejar de preguntar si te entendieron y mejor preguntar qué te entendieron. Puedes decir que a veces te cuesta trabajo expresarte y que necesitas que te digan qué es lo que se entendieron. Así te van a repetir lo que verdaderamente comprendieron y te vas a dar cuenta de si hubo o no una buena comunicación.
“Deja de preguntar si te entendieron, porque te van a contestar que sí. Empieza a preguntar ‘¿qué me entendiste?’”.
Cuando pidas algo “dale seguimiento”, pero no presiones. Éste es el segundo punto. Las tareas deben supervisarse durante su proceso y deben tener una fecha límite de entrega. Es importante que el empresario tenga en cuenta fecha y hora para validar si la tarea se realizó correctamente, pero no pidas trabajo para una fecha en que no puedas revisarla.