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El Empresario

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Cámaras empresariales entreabren puerta a “Club de Toby”

En México existen 213 cámaras empresariales, nacionales y regionales, dadas de alta en el Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM). De aquellas que tienen representación nacional, unas 45 organizaciones, solamente una, la Cámara Nacional de la Industria de Aceites, Jabones y Detergentes (Canajad), es liderada por una mujer.

En México existen 213 cámaras empresariales, nacionales y regionales, dadas de alta en el Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM). De aquellas que tienen representación nacional, unas 45 organizaciones, solamente una, la Cámara Nacional de la Industria de Aceites, Jabones y Detergentes (Canajad), es liderada por una mujer.

Al igual que varias industrias, como la energética o de transporte, las cámaras y asociaciones empresariales han sido lugares donde la presencia masculina ha sido dominante por décadas. Incluso, de los 45 organismos analizados, en al menos 11 no hay ni una mujer en los consejos directivos.

La Canacintra (Cámara Nacional de la Industria de la Transformación), que en 2002 tuvo como presidenta a Yeidckol Polevnsky, hasta entonces la primera mujer en las cúpulas empresariales, es el único organismo que actualmente tiene a cinco mujeres en puestos de vicepresidencia y por lo menos a tres en cargos de presidencia.

Las mujeres empresarias son minoría en el país, apenas un 16% del total de personas que se dedican a esta actividad y a pesar de que su aporte a la economía nacional es reconocido, éstas aún tienen un largo camino que recorrer para encabezar las cúpulas empresariales.

Para allanar este camino, en abril del 2015, la entonces diputada priista Adriana Fuentes Téllez presentó la iniciativa de reforma a la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones, en materia de promoción del liderazgo empresarial femenino, que proponía, entre otros cambios, una cuota de 50% de mujeres en los consejos de esas cámaras.

La propuesta fue rechazada en comisiones. “No la aceptaron, porque no estaban de acuerdo en que porqué tenía que ser 50%, pero sí están de acuerdo en que más mujeres participemos en el sector empresarial”, comenta en entrevista Fuentes Téllez, actual coordinadora de vinculación empresarial en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de PRI.

“No puedes obligar a las empresas a que tengan un 50-50, y en las cámaras tampoco puede ser obligatorio”, se retracta la exdiputada promotora de la iniciativa que quedó en el olvido.

No se admiten mujeres

Ada Irma Cruz Davalillo encabeza desde abril de este año la Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope) de la Ciudad de México, la primera mujer en 80 años de historia de ese organismo empresarial.

“Ha sido un coto varonil durante muchos años y yo les vine a romper el Club de Toby”, expone en entrevista la líder empresarial. Afirma que hubo consenso en su elección: “Había llegado el momento de que las cámaras fueran dirigidas por mujeres, la idea era darle un matiz diferente y una visión femenina a los contenidos que se venían manejando”.

Ejecutivos como Alejandro Cardoso, CEO de Publicis y ex presidente de la AMAP (Asociación Mexicana de Agencias de Publicidad) se manifiestan en favor de establecer cuotas en los organismos empresariales. “Me parece que de darse una condición o ley, va a ver industrias o cámaras que van a llegar mucho más rápido a la igualdad de géneros”.

En cambio, la dirigente del comercio en pequeño desaprueba el establecimiento de cuotas de género en las cámaras. “La presencia de la mujer tiene que ser avalada por su capacidad, no por obligación o compromiso (…) Hay que seguir insistiendo en que la mujer vale por sí misma y no como un número”, subraya.

En sus 87 años de historia, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) no ha sido dirigida por mujer alguna. Sin embargo, las empresarias comienzan a tener mayor presencia en esa cámara. Claudia Guzmán preside la Comisión de Mujeres Empresarias desde el 2014. En su ascenso, cuenta que enfrentó dos situaciones: la incredulidad de consejeros quienes decían que llegó al cargo por favores y no por talento, y la resistencia de otras integrantes de la cámara.

Cruz Davalillo como Claudia Guzmán coinciden en que corresponde a la mujer lograr el balance en las cámaras. “Los hombres no quieren soltar el poder y ellas no lo están exigiendo”, sentencia”, sentencia la dirigente capitalina.

Ambas dirigentes apuestan por la capacitación de las empresarias y la mentoría. “Estoy creando un capítulo de mujeres para capacitar a cada una de ellas de manera particular. La regla de oro es vincular a una persona con la experiencia suficiente para beneficiar a aquellas que apenas inician en este camino”, describe Ada Irma Cruz.

En la Coparmex se están generando las condiciones para que las mujeres comiencen a tomar decisiones de manera colaborativa, decisiva y consciente, expone Claudia Guzmán.

Tiempo y dinero pueden ser la diferencia entre dirigir una cámara empresarial o no. “Cuando eres joven y tienes pocas responsabilidades, tu tiempo se va a la empresa, lo cual cambia al pasar de los años… Mis responsabilidades principales están con la Cámara, pero no le quito tiempo a mi familia, porque afortunadamente ya no dependen de mí”, expone la dirigente de la Canacope.

Para Claudia Guzmán, quien dirige su propia empresa y es coach en Galletas Marian, la fórmula es: “estabilidad financiera que te permita sobrevivir, ya que estos cargos son honoríficos y tener una trayectoria que te permita consolidar los intereses de los representados”.

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