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El Empresario

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Cómo no dejarse pisotear en el trabajo por Betty, la fea

Cuando se transmitió la telenovela por primera vez, estos abusos no eran apreciados como tales, la forma de ver al trabajo era diferente, pero por fortuna, muchas de esas actitudes se han erradicado; sin embargo, hay algunas que predominan porque persiste la idea de que así se conseguiría el éxito.

A finales de la década de los 90, una telenovela enamoró a millones e personas en todo el mundo: “Yo soy Betty, la fea”, que a diario hacia reír con las ocurrencias que vivía en Ecomoda, al lado del "cuartel de las feas" y con Don Armando, “tan divino”. Tal fue el éxito de la telenovela que se vendió a diversos países en el mundo y que recientemente Netflix, la sumó a su catálogo.

Si bien la trama mostraba muchas escenas divertidas, se evidenciaba una realidad que aún en nuestros días predomina: el maltrato que se sufre en muchas empresas, la explotación laboral, el “ponerse la camiseta”, las preferencias por la apariencia y tener palancas, sueldos bajos y un ambiente laboral tóxico.

A pesar de ello, cuando se transmitió la telenovela por primera vez, estos abusos no eran apreciados como tales, la forma de ver al trabajo era diferente, pero por fortuna, muchas de esas actitudes se han erradicado; sin embargo, hay algunas que predominan porque persiste la idea de que así se conseguiría el éxito.

Betty, “la fea”, es una mujer muy talentosa, con muchas aptitudes, inteligencia, lealtad y que le encanta su trabajo, y a pesar de que fue contratada por su talento, no entró a un puesto apto para ella, además que su bienvenida y trato no fueron los mejores, cosa que no le importó pues necesitaba ese empleo, algo que le ocurre a millones de personas en el mundo.

El problema es que si se permiten ese tipo de actitudes, la estabilidad física y personal de los empleados puede afectarse por lo que es importante tomar las riendas de la situación y hacerse respetar sin tener que caer en conflictos, pero ¿cómo? A pesar de que el paso de Betty en Ecomoda no fue el mejor, le permitió aprender lecciones que a continuación te decimos.

No permita que agredan tu apariencia física

Si bien es cierto que se debe vestir acorde al ambiente de trabajo y con base en los protocolos de la empresa, nadie tiene el derecho de juzgar tu apariencia solo porque no les agrada tu estilo.

Antes que ser un empleado, todos somos personas y tenemos nuestra forma de ser y expresarnos, y mientras no atente contra las normas en la organización y estés a doc con el momento, no puedes permitir que ni tus compañeros ni mucho menos tu jefe se burlen o ataquen por ello.

No cambies por complacer a otros, hazte respetar y demuestra que tu talento es lo que te permitió llegar ahí.

Ningún buen líder grita ni explota

No importa la situación, el nivel de estrés bajo el que esté el líder o la crisis que la empresa pueda sufrir, ningún líder que se considere exitoso gritará a sus empleados ni tendrá arranques de ira.

Un buen líder sabe que la comunicación clara, respetuosa y confianza es la fórmula para lograr acuerdos y resolver conflictos. Los gritos no ayudan en nada y solo es maltrato y poca valoración a los colaboradores.

Tampoco hay que caer en el error de que por ser “divino”, se le pueden permitir esas agresiones. En ningún contexto es permitido ni mucho menos que te hagan menos solo porque “así es”.

Haz valer tu derechos

A pesar de que te encanté tu trabajo, sientas que “amas a tu jefe” (en un sentido respetuoso o de admiración), tengas muchas responsabilidades y te guste la organización, si tu sueldo no es acorde a tus funciones busca una resolución, no callar por “pena” o “miedo” a ser despedido.

Recuerda que a pesar de lo que te guste el trabajo, tienes necesidades, gastos que llegan cada mes y más si tienes hijos, y si haces tareas por las que no te reconocen, lo mejor es tratar de resolver tu situación o en su caso, buscar otras opciones laborales.

Aléjate de la gente tóxica y aprende a lidiar con ellos

No es de extrañar que el ambiente de Ecomoda es tóxico respecto a los compañeros de trabajo, empezando con Marcela Valencia, Patricia Fernández y Hugo Lombardi.

Aunque la trama es exagerada, en muchas empresas abundan Marcelas, Patricias y Hugos, que busca dañar a los demás, de los cuales debes alejarte. Cuando se sufra una agresión, lo importante es hacer frente y reportarlo al área correspondiente, pues una empresa con una adecuada cultura laboral no permitirá ese tipo de agresiones.

Además de ellos, hay otras personas de las que debes cuidarte: los compañeros que pretenden ser tus amigos y realmente te dañan a cada oportunidad.

Con Betty, esta situación la encontramos con el “cuartel de las feas” que aunque presumen ser sus amigas, también se llegan a burlar y se aprovechan de ella a cada oportunidad para obtener beneficios, solo porque tiene mayor poder, lo que se exalta cuando Betty toma posesión de Ecomoda. Solo hay que estar atento a las acciones de los demás.

Coeditora El Empresario. Periodista especializada en temas de emprendimiento, management, cultura laboral, capitalismo consciente, liderazgo, economía circular y sustentabilidad.

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