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¿Creativos todos y cada uno de los colaboradores?
Un negocio no requiere tener genios para ser innovador, sino alentar a su personal a que genere ideas con valor, que puedan ponerse en práctica.

Muchas veces se piensa que para ser creativo un negocio necesita genios, generar inventos o tener muchos recursos disponibles. Algunos empresarios frustrados ante estas percepciones y desesperados frente a su competencia, se convierten en “mediocres imitadores”.
Innovador o seguidor, ¿cuál es su negocio? La creatividad consiste en generar ideas nuevas, innovación es ponerlas en práctica para generar valor. Las personas son la fuente de la innovación y sus detonadores son las ideas y la pasión. Para lograr ser innovador, hay que crear el ambiente interno para ello.
¿En su negocio tiene gimnasio para el personal? No me refiero al gimnasio para hacer ejercicio físico, sino de ideas. El lugar en donde se va a poner en práctica el potencial creativo.
¿En su negocio, usted patrocina paseos? No al campo, paseos mentales, es decir, la oportunidad para que su personal deje volar su creatividad en cosas simples de trabajo orientadas al cliente.
¿Nueva soluciones a viejos problemas? Con la aspiración de que una solución novedosa le conduzca a una ganancia efectiva, haga un menú para generar nuevas ideas: sustitúyalo, rearréglelo, prescríbalo, expándalo, encójalo, voltéelo, póngalo al revés, combínelo, adáptelo, evítelo y mézclelo.
Si alguna(s) de las ideas listadas no le sirve, deséchela, pero use las otras; ponga más ingredientes al menú y empiece con un buen ejercicio creativo.
¿De qué tipo de creatividad e innovación estamos hablando? Unos ejemplos para ilustrar:
- Proponer ideas capaces de generar constantemente valor al negocio.
- Diseñar formas novedosas de acercarse a los clientes.
- Acelerar trámites que le hagan la vida fácil a los clientes.
- Reducir costos que beneficien al cliente, sin dañar el valor del negocio.
Para ser un negocio innovador, no basta con generar ideas, hay que tener ideas que generen una auténtica diferencia en los clientes y consumidores; esto es, que agreguen valor al negocio. No se requieren inventos grandilocuentes. Son innovaciones, muchas veces modestas, que se van acumulando y con el tiempo adquieren gran valor y se dan, muchas veces, recomponiendo los componentes existentes de tecnologías, productos, servicios o procesos de trabajo.
Así, combinaciones inusuales llevan a ideas innovadoras. Cuando se mezclan dos ideas para obtener una tercera, el resultado se magnifica. Podría parecer absurdo, pero mientras más rara la combinación, más innovadora puede ser la idea final. Y en grupos, se es más creativo que individualmente. Cuando varias mentes inquietas debaten, usted puede esperar que grandes ideas surjan prácticamente de la nada.
Ponga atención a lo siguiente: deshágase de las viejas ideas para que den lugar a las nuevas; motive a sus colaboradores a hacerlo. No todas las ideas que ha usado en el pasado son útiles para enfrentar los retos del futuro. Identifique y quédese con las ideas que dan gran valor y deshágase de las demás: esto se llama aprender a desaprender.
Cuando usted y su negocio estén listos con ideas nuevas, frescas e implementables, entonces será tiempo para la creatividad e innovación, las cuales siempre deben ir dirigidas a generar más valor al cliente y al negocio. Ésta es una sana práctica de negocios.
* El autor es consultor de empresas, asociado al Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac de la Universidad Anáhuac.