Lectura 4:00 min
Empoderamiento femenino, clave para el desarrollo sostenible
La participación de las mujeres ayuda a incrementar el PIB y la productividad de la empresa
La participación de las mujeres ayuda a incrementar el PIB y la productividad de la empresa
A lo largo de la historia se han conocido mujeres que han cambiado el mundo como Margaret Hamilton, la primera ingeniera de software que programó el sistema para que el Apollo 11 llegara a la Luna. Aunque por años se mantuvo en el anonimato, su historia salió a la luz resaltando la importancia del papel de las mujeres en diversos sectores.
Como ella, a diario millones de mujeres en todo el mundo obtienen grandes logros en diferentes ámbitos, por lo que es importante empoderarlas para que sigan creciendo, para ello, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y ONU Mujeres lanzaron la iniciativa global: Principios para el Empoderamiento de las Mujeres (WEPs, por sus siglas en inglés) como guía y ayuda para fortalecer la igualdad de género en compañías de diversos sectores.
El documento que enlista siete principios para lograr el empoderamiento femenino (liderazgo, equidad, seguridad, aprendizaje, transparencia, comunidad y prácticas en el mercado), busca que además de que las empresas modifiquen sus políticas, los gobiernos y la sociedad civil, apoyen las interacciones entre estos sectores, pues la igualad requiere la participación de todos los agentes.
“Desde ONU Mujeres y el Pacto Mundial, el llamado que hacemos es a trabajar de forma acelerada, con innovación y apoyar las metas transformadoras que materialicen la visión conjunta de un planeta sin discriminación y con igualdad para mujeres, hombres, niñas y niños de aquí a 2030”, establece la iniciativa.
Si bien, la participación de las mujeres ha sido mayor en los últimos años, sigue siendo significativamente desigual, 47%, en comparación con la de los hombres que es de 72%, indica la ONU Mujeres. De continuar con las mismas condiciones, la brecha de género se rompería en 81 años.
¿Por qué empoderar?
Las organizaciones afirman que además de que la igualdad de género es parte de los derechos humanos, también es un buen negocio que beneficia a todos.
Por ejemplo, las mujeres son clave en la prosperidad, empleo, innovación y desarrollo, que beneficia a sus familias, comunidad y sociedad en conjunto. “Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen”.
Asimismo, se ha observado una fuerte relación entre su actividad empresarial y el crecimiento del Producto Interno Bruto. Tan solo en América Latina y el Caribe, se podría tener un crecimiento de 25% si se eliminan los obstáculos para el emprendimiento femenino.
A nivel empresarial, cuando las mujeres son parte de las juntas de dirección, la rentabilidad es mayor, en promedio 16%, de acuerdo a un estudio elaborado por Catalyst. Las que tienen un número superior de mujeres que de hombres, crecían en rentabilidad sobre el capital invertido 26%, y las juntas directivas con más de tres mujeres, crecían 84%en rentabilidad sobre las ventas; 60% sobre capital invertido y 46% en fondos propios.
Al considerar que las mujeres son las responsables del 64% de las decisiones de compras, si una empresa empodera el talento femenino, tendrá mayor sintonía con las consumidoras.
De igual manera, las empresas desarrollan mejores estrategias de responsabilidad social corporativa y realizan trabajo filantrópico, lo que mejora la reputación e imagen de marca, fidelizan y acceden a nuevos clientes e inversionistas
“Retienen y captan un mayor talento profesional, e incrementan la productividad debido a la satisfacción de sus trabajadores y trabajadoras, clientes y socios”.
México con deuda
En algunos países la brecha se ha ido rompiendo y Nueva Zelanda es ejemplo de lo que se logra con líderes mujeres.
La primera ministra, Jascinda Ardern, no solo tiene estabilidad económica, bajos índices de criminalidad y buena cultura de salud, sino que implementó una estrategia que evitó la propagación del coronavirus, lo que ha logrado sólo 1,567 casos de los cuales 1,497 se han recuperado.
En México, el tema de empoderamiento está pendiente. Sólo 43% de las mujeres participa en el mercado laboral, además, sufren discriminación salarial, segregación ocupacional y violencia.
De la fuerza laboral total, 2.2% son mujeres empresarias, a diferencia de 5.6% de los hombres.
Sobre la discriminación, cerca de 15% de las mujeres mayores de 15 años que han trabajado, han tenido que entregar un certificado de no gravidez como requisito para su ingreso al trabajo, las despidieron por embarazarse o les redujeron su salario.