Lectura 4:00 min
Empresas, sin interés en factura electrónica; apenas 1% emiten comprobantes digitales
La falta de interés y la esperanza por parte de las Pymes de que la Secretaría de Hacienda dé una prórroga para alargar la migración a factura digital, han hecho que un porcentaje mínimo cumpla con la disposición.

La falta de interés y la esperanza por parte de las pequeñas y medianas empresa (Pymes) de que la Secretaría de Hacienda dé una prórroga para alargar la migración a factura digital, aunadas a la escasa difusión y claridad por parte del gobierno, han hecho que menos de 1% de estas empresas emitan Comprobantes Fiscales Digitales (CFDs).
A cuatro meses de que entre en vigor la ley que obliga a las compañías a dar factura electrónica, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) registra que en cinco años de haber comenzado a utilizarse este esquema en México hasta julio del 2010 se habían emitido 796 millones 793,810 facturas electrónicas por 35,593 contribuyentes, de los cuales 22,772 son personas físicas y 12,821 son personas morales.
“De estas últimas, 11,270 son Pymes, el reto está en la disciplina que implica la migración, pues los negocios tendrán que alinear sus procesos operativos a los fiscales que exige la factura”, dijo Felipe Sánchez, director de Indicium Solutions.
Resistencia al cambio
Antonio Bolaños, especialista de GS1 México agregó que las Pymes cuentan con muy poca información para elegir un proveedor de estos servicios y como han vivido un proceso de facturación impresa de muchos años atrás, se resisten al cambio sin darse cuenta que al generar ahorros tendrán un retorno de inversión a largo plazo.
Sin embargo, del lado del gobierno ha faltado información masiva hacia los empresarios y definir las reglas de esta medida para el 2011.
“Todavía hay reglas que no están definidas y actualmente el empresario y proveedores de tecnología estamos en espera de que se concreten”, dijo Samuel Pérez, gerente de marca de Factura Electrónica de Contpaqi.
Sánchez agrega que todos los actores: gobierno, asociaciones, proveedores de solución, emisores y receptores tienen una parte del crédito en el avance pero también una parte de responsabilidad en que el proceso no haya sido más ágil.
Ahorros y beneficios
De acuerdo con Tralix, implementar el esquema digital permite que la empresa ahorre hasta 80% sobre los costos de la facturación tradicional en áreas como impresión, despacho y almacenamiento físico.
“El costo de una factura impresa puede ser de hasta 130 pesos desde su impresión hasta su entrega, mientras que los CFDs van desde 3.50 pesos cada uno hasta esquemas gratuitos, lo que representa ahorros en impresión, envío y almacenamiento frente al formato tradicional”, dijo.
De acuerdo con Pérez, el proceso de adopción para las Pymes es desde dos horas hasta un mes, dependiendo de los procesos que se deban adecuar al software o la solución que se utilice, el giro del negocio y el tamaño de la empresa.
Actualmente existen 25 proveedores de CFDs autorizados por el SAT, que ofrecen soluciones in house para las medianas empresas, las cuales son aplicaciones que pueden operarse desde su lugar de trabajo y que ayudan a generar, administrar y guardar de manera eficiente sus datos. Y para quienes no deseen invertir en una infraestructura como los micro y pequeños negocios, profesionistas independientes y honoristas existen las soluciones on line a través de un tercero.
Según el Código Fiscal 2009, aquellas empresas que tengan transacciones arriba de los 2,000 pesos tendrán que facturar con CFDs.
El rango de inversión por adoptar un software va desde 5,000 pesos hasta 250,000 pesos por licencia o una renta mensual gratuita de hasta 2,500 pesos, dependiendo del número de facturas que se emitan, dijo Pérez.
No todas las empresas entrarán a este sistema al iniciar el 2011. Los especialistas coinciden que si al llegar diciembre las Pymes no han migrado a la factura electrónica deberán mandar a hacer más comprobantes fiscales impresos, los cuales tendrán una validez de dos años más, tiempo en el cual tendrán que cambiar, pues los impresores autorizados perderán sus permisos a partir del próximo enero.