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En México, 75% de los trabajadores padece “tecnoestrés”
La crisis de la covid-19, el confinamiento obligado y el home office impuesto agravaron esta situación y han desencadenado un escenario de “tecnoestrés”.
Desde antes de la pandemia se advertía que las condiciones de trabajo de algunos mexicanos podían ser un factor para desarrollar trastornos mentales como estrés, depresión, ansiedad o insomnio. La crisis de la covid-19, el confinamiento obligado y el home office impuesto agravaron esta situación y han desencadenado un escenario de “tecnoestrés”.
Antes de la crisis sanitaria, el 64% de los trabajadores mexicanos consideraba que nuestro país atravesaba por una epidemia de estrés laboral, según un reporte de Citrix.
El panorama se ha agravado con el contexto actual y el 75% de la fuerza laboral en México padece tecnoestrés, el triple de lo observado antes de la pandemia, advierte Erika Villavicencio-Ayub, Coordinadora de Psicología Organizacional de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Si bien el semáforo epidemiológico ha permitido una reactivación gradual de actividades económicas, y con ello el retorno de algunas personas a sus centros de trabajo, lo cierto es que una buena parte de la fuerza de trabajo se mantiene laborando en la modalidad de home office o en un esquema mixto.
De acuerdo con una encuesta de OCC Mundial, el 70% de los mexicanos percibe que trabaja más de forma remota. Incluso diversos especialistas han coincidido en que el trabajo desde casa ha desdibujado las jornadas laborales.
Cuando a los trabajadores se les asignan jornadas laborales más largas, más carga de trabajo o tienen un jefe o patrón que exige estar conectado 24/7 (incluyendo los fines de semana), el empleado se enfrenta a una cultura laboral tóxica que lo lleva al estrés y, por ende, repercute en su productividad, aseguró Erika Villavicencio-Ayub.
“Ahí aparece el denominado tecnoestrés, derivado del uso desadaptativo de las tecnologías. Aunque depende de la situación, también podemos hablar de una tecnofatiga, cuando se está expuesto a largas horas con exceso de carga laboral”, detalló en una colaboración para la Gaceta de la UNAM.
El tecnoestrés, explicó la especialista, se presenta porque el cerebro está acostumbrado y reacciona a estímulos que son físicos. Migrarlo a las plataformas digitales trae una serie de configuraciones distintas en donde hace un esfuerzo adicional mientras se habitúa a interactuar con estas distintas expresiones de comunicación.
Síntomas del tecnoestrés
Los síntomas del tecnoestrés se comparten con otros trastornos, aunque hay señales que son infalibles para saber cuando la hiperconectividad ya afectó al trabajador:
- Caída del cabello
- Afectación del ciclo de sueño, dificultad para conciliarlo
- Consumo excesivo de alimentos
- Preocupación, miedo, angustia o depresión.
“Si hablo con mi jefe de que estoy estresado corro el riesgo de que me quite de la fila, porque ya no soy el soldado que necesita en esta guerra, ¿y qué hacemos?, lo escondemos y lo desquitamos con la gente que más confianza tenemos: pareja, hijos, padres y llevamos el estrés laboral a un conflicto familiar”, expuso la Coordinadora de Psicología Organizacional de la Facultad de Psicología de la UNAM.
En ese sentido, la especialista sugirió a las empresas establecer programas de contención emocional, reforzar las habilidades de los líderes, que son el eje central de los equipos de trabajo, así como proveer una cultura laboral enfocada al bienestar de la persona.
Recomendaciones para enfrentarlo
Para Erika Viallavicencio, la recomendación principal es en materia de política pública. En su opinión, la Ley Federal del Trabajo debe considerar la desconexión digital como un derecho.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Latinoamérica es una región con pocos avances en la regulación del teletrabajo y el derecho al balance vida-trabajo, la desconexión digital es un derecho con pocos avances. España es uno de los países que recientemente actualizó su legislación laboral para incluir este concepto, en México sólo hay iniciativas en discusión en el Congreso.
“Que esa desconexión se respete por ley, porque las personas necesitamos atender otros aspectos de la vida. Como seres biopsicosociales se ha invadido el hogar por estas causas, y en la medida que la persona pueda equilibrar su vida, tener descanso y actividades y despejarse mentalmente, sacará el desgaste que tiene por esta conectividad”, dijo la especialista de la UNAM.
Otra recomendación, enfocada en las personas, es promover el autocuidado, es importante que las personas cambien hábitos que los ayuden a evitar daños en su propia salud mental.
“Es como el mensaje que nos dan al abordar un avión: colóquese la mascarilla para poder ayudar a los demás. Con esa metáfora, si la trasladamos al ámbito laboral, trabajaremos mejor en la medida que yo tenga hábitos saludables, que cuide alimentación, rutinas de despertar y dormir e higiene”, explicó.