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El Empresario

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Enseñe a su hijo a presupuestar

Los sitios de recreación a los que acuden sus hijos son buenos espacios de educación financiera.

Ahorrar con objetivo es una actividad que se promueve mucho entre los adultos. Además es una herramienta fundamental para la enseñanza de las finanzas entre los pequeños.

Para hacerlo desde una edad temprana, resulta conveniente comenzar a introducir hábitos de ahorro dentro del ámbito donde el niño se desenvuelve, así la actividad cobrará mayor sentido.

Comenzar por el espacio escolar

“El recreo es un tiempo clave para poder identificar una oportunidad de ahorro”, comentó Luis Manuel Sánchez, director de Fundación Cultural Finanzas para Niños.

La generación de expectativas a veces resulta frustrante para los niños, sobre todo cuando no les compran lo que desean. En ocasiones, los papás no quieren confesar que no hay suficiente dinero; sin embargo, es saludable involucrarlos.

Para dar estos primeros pasos, la Comisión Nacional de Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros da algunas opciones que le serán de suma utilidad a usted y a sus niños:

Ayúdele a presupuestar: diga a su hijo que elabore una lista de los productos que venden en la tienda de su escuela y presupuesten juntos lo que quiere para el recreo de una semana, comente con él los beneficios o desventajas que le genera cada opción de compra.

Ejercicios en el súper: acudan juntos al supermercado y comparen los precios con los de los productos que venden en la cooperativa de su colegio. Si son más baratos, cómprenlos ahí. Puede darle la diferencia del costo de la mercancía y decirle que lo guarde.

Con el lunch: el ahorro no tiene que ser necesariamente en pesos y centavos. Prepárele a su hijo el desayuno en casa dos o tres veces por semana y dele menos dinero. Puede decirle que destine el resto de su mesada a una meta específica, como una salida al cine o al parque de diversiones, por ejemplo.

Enseñarle a no desperdiciar: hay niños que no se terminan todo lo que llevan para comer. Hágale saber que todo lo que no se come cuesta.

"Que el efecto alcancía no acabe con el entusiasmo"

Sucede que tras haber guardado su dinero durante algunos meses en la alcancía, acude al establecimiento y el balón ya no tiene el mismo costo”, ejemplificó el especialista.

“Fijar objetivos específicos de ahorro motivará al niño. Sin embargo, esta tarea no es fácil, ya que requiere de mucha comunicación durante el proceso de aprendizaje, pues no todo podría resultar como el niño lo piensa”, explicó el experto.

“Para el niño es frustrante darse cuenta que el dinero no le alcanza para comprar lo que se propuso, pese a que haya ahorrado durante mucho tiempo”, detalló Sánchez.

Explicarle a su pequeño cuál es la situación

En esos casos, los padres podrían intervenir con algún incentivo que servirá como recompensa a su cumplimiento y esfuerzo.

Si los padres introducen al niño a usar productos bancarios, como una cuenta de ahorro, poco a poco, sin darse cuenta, ahorrará más.

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