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El Empresario

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Informalidad limita el crecimiento de emprendedoras

La falta de capacitación en temas administrativos y el alto costo en trámites evitan que las mujeres se fiscalicen

La falta de capacitación en temas administrativos y el alto costo en trámites evitan que las mujeres se fiscalicen

El cuidado de la familia, el balance entre vida y trabajo y la forma de obtener un ingreso extra son factores que incitan a que las mujeres emprendan; sin embargo, ocho de cada 10 mujeres que deciden iniciar un negocio lo hacen en la informalidad, destaca un estudio realizado por Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

De acuerdo al estudio “La puerta de la formalidad: una oportunidad para el emprendimiento femenino”, realizado por el Imco, con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al primer trimestre del 2021, había 5.2 millones de emprendedoras, es decir mujeres empleadoras y aquellas que trabajan por cuenta propia, de las cuales 82% pertenece a la informalidad.

Lo anterior limita el crecimiento del negocio, debido a que se restringe el acceso a financiamiento, nuevos mercados e internacionalización, pero ¿por qué no se formalizan las emprendedoras?

Entre las razones que destaca el estudio se encuentran la falta de capacitación en temas administrativos, el alto costo de la formalidad y que el negocio puede seguir teniendo ventas, sin necesidad de fiscalizarse.

“Al no tener la necesidad de crecer tan rápido no es necesario tener una figura legal y fiscal”, comenta en entrevista Ana Cecilia Pérez Cristo, socia y directora de Emprendimiento en Victoria147.

Además, 68% de las emprendedoras no alcanza niveles de educación media superior, lo que significa una falta de conocimientos básicos sobre administración y desarrollo de negocios.

El informe destaca que las emprendedoras formales tienen ingresos mensuales 2.5 veces mayores a las que tienen un negocio informal. Es decir, un emprendimiento formal registra ingresos de 9,535 pesos mensuales, mientras el que no lo es percibe 3,707 pesos al mes.

Asimismo, durante la pandemia el alza en despidos y recortes salariales impulsaron a las mujeres a emprender para obtener ingresos; sin embargo, la mayoría lo hizo en la informalidad y en sectores que históricamente son elegidos por las mujeres como venta de producto de belleza, wellness, alimentos, bebidas y servicios.

La formalidad cuesta

Ingrid Chávez Ortiz, investigadora del Imco destaca que aunque a nivel nacional abrir una empresa tarda en promedio ocho días, existen entidades en donde el proceso puede ser seis veces más tardado. Por ejemplo, en Nuevo León y Sinaloa el proceso puede tardar ocho días, pero otros como Quintana Roo y Chiapas el proceso demora de 30 a 49 días.

“No es lo mismo abrir una empresa en la Ciudad de México que hacerlo en el Estado de México, hay diversos requisitos que son distintos y los tiempos son diferentes”, destaca.

Aunque existen sistemas como “Tu empresa en línea”, del Gobierno de México que permite dar de alta una compañía en un día, Chávez destaca que el reto es digitalizar el proceso, porque en algunos estados la documentación hay que llevarla a la oficina.

“Esto le cuesta más a la mujer, porque la carga de trabajo no remunerado es mucho más alta”, lo cual dificulta y alarga el tiempo de entrega de documentos.

Chávez refiere que la formalización, en promedio, cuesta 25,920 pesos, monto considerado elevado para las pequeñas empresarias que en la mayoría de los casos prefieren destinar el presupuesto a capitalizar el negocio y hacer que crezca.

En este sentido, en entidades como Puebla y Michoacán el costo para abrir una empresa ronda los 10,000 pesos, pero en Baja California y Jalisco los montos van de 37,000 a los 50,000 pesos, lo cual evita que se formalicen.

“Si queremos que más mujeres se formalicen tenemos que inyectar presupuesto para simplificar los trámites administrativos, para que tanto a mujeres como a los hombres les sea mucho más fácil poder abrir una empresa y formalizarse, y que tengan incentivos para hacerlo, que no nada más sea crear la plataforma”, precisa Chávez.

Crecimiento impulsa formalización

Ana Cecilia Pérez destaca que solo cuando se busca creer, tener acceso a financiamiento, llegar a nuevos mercados o contratar más personal, es cuando las mujeres deciden formalizarse.

“Una mujer para tomar una decisión de formalidad le lleva tres años, porque esperan la curva de aprendizaje y ver si el producto tiene aceptación en el mercado y entender los temas operativos”.

La formalización permite que las ventas crezcan porque se tiene acceso a más proveedores y se puede expandir la empresa, incluso llegar a la internacionalización. Además, siete de 10 emprendedoras en etapas avanzadas ofrecen mejores prestaciones que las de la ley, de acuerdo con el Reporte Anual de Impacto 2020 Victoria147.

“Más emprendedoras formales se traduce en mayores ingresos, negocios más productivos y crecimiento económico”, refiere la investigadora del Imco.

Editora El Empresario. Periodista especializada en emprendimiento, pymes, creación de negocios, management y liderazgo. Desde el 2017 coordina El Empresario

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