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Informalidad, refugio de gran parte de los empleos recuperados: Cepal
Subrayó que la crisis sanitaria “evidenció y patentó” la vulnerabilidad de las personas trabajadoras en la informalidad y expuso las marcadas diferencias a lo largo del territorio nacional.
En México, la proporción de la economía informal abarca a más del 55% de su población ocupada, pero la extensión territorial tan grande hace que cada región y sus municipios tengan una realidad distinta.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) realizó el primer análisis de la informalidad en México a nivel municipal, pues actualmente no se cuenta con un panorama tan local sobre esta característica del mercado del trabajo. En suma, 6 de cada 10 municipios de nuestro país se encuentran en alto riesgo de informalidad.
En otras palabras, de los 2,446 municipios, al menos 1,539 (63%) son más propensos a la informalidad, y otros 677 (28%) tienen un nivel de riesgo medio. Las personas que viven en localidades en el sur del país tienen más probabilidades de unirse a las filas del empleo informal, esta región es la más homogénea en cuanto a este tipo de ocupación.
En la zona suroeste (Chiapas, Guerrero, Oaxaca) el 87% de sus municipios se encuentra en alto riesgo de informalidad, la región este (Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Veracruz) es la segunda con el mayor nivel, con una cifra de 65% de sus localidades. En el tercer lugar se ubica el sureste (Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán) con 56 por ciento.
El norte del país es el polo opuesto, no sólo geográficamente sino también laboralmente, los estados que conforman esta zona se caracterizan por tener menos proporción de sus ciudades en niveles altos de informalidad.
“La menor propensión a la informalidad en el norte de México puede explicarse porque existen zonas metropolitanas como Chihuahua, Juárez y La Laguna que están especializadas en el comercio debido a su cercanía con la frontera de los Estados Unidos. Además, esta zona se caracteriza por tener una participación económica mayor en el sector industrial tanto de la población ocupada como del valor agregado bruto”, expuso la Cepal en su reporte Estimación de la informalidad en México a nivel subnacional.
La región noreste (Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas) es la zona con la proporción más baja de ciudades en niveles altos de informalidad, sólo 30% de sus municipios está en esa condición; mientras que en el área noroeste (Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Sonora) sólo se reporta en este renglón el 42.5% de las localidades.
“Se observa que las entidades de Baja California y Baja California Sur tienen, en promedio, las menores probabilidades estimadas de informalidad, así como la menor dispersión en los valores municipales. Esto podría explicarse tanto por la escasa población residente como por el bajo número de municipios con los que cuentan. En cambio, los estados de Oaxaca y Puebla tienen las mayores probabilidades de informalidad, con una variabilidad significativa entre municipios”, explicó el organismo a través del estudio.
Andrés Espejo, oficial de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo Social de la Cepal, y uno de los autores del estudio, afirmó que las políticas para atender la informalidad deben ser focalizadas y diferenciadas.
“Son muchos los factores sociales, culturales y económicos que son propios del lugar que inciden en la informalidad. En ese sentido, se requieren respuestas diferenciadas que sean sensibles al territorio, porque los determinantes y lo que ocasiona la informalidad, es diferenciado en donde yo me encuentre”, dijo el especialista durante la presentación del estudio.
Subrayó que la crisis sanitaria “evidenció y patentó” la vulnerabilidad de las personas trabajadoras en la informalidad y expuso las marcadas diferencias a lo largo del territorio nacional.
“El territorio es un elemento clave al exponer las desigualdades que enfrentan las personas en su acceso a empleos de calidad. Así, el lugar donde residen o trabajan puede incidir directamente en sus opciones de hallar empleo formal, profundizando desigualdades que se ven afectadas por otras dimensiones estructurales.
Recuperación e informalidad
La pandemia impactó —aunque en distintas dimensiones— tanto al empleo formal como al informal. Sin embargo, la recuperación de las ocupaciones perdidas podría representar un retroceso en los avances de la región de América Latina y el Caribe, donde México no es la excepción.
“A diferencia de crisis anteriores, en el último año las cifras indican una mayor reducción del empleo entre los trabajadores autoempleados e informales. En un contexto de recuperación económica, es probable que durante el 2021 aumente la informalidad, por ello es aún más importante impulsar la discusión sobre políticas que podrían abonar a la inclusión social y laboral de los trabajadores informales a su formalización”, comentó Alberto Arenas, director de la División de Desarrollo Social de la Cepal.
Es especialista del organismo internacional acotó que la informalidad ha sido el refugio de una buena parte de los empleos recuperados en México.
Roberto Gerhard, director general de Investigación y Estadística del Trabajo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, destacó que el mercado laboral de nuestro país comenzó a mostrar una disminución en la tasa de informalidad a partir de 2013, cuando el empleo formal comenzó a avanzar a un ritmo ligeramente más acelerado que la ocupación informal.
“La tasa de informalidad tuvo una fuerte caída durante los meses de la pandemia, pero no quiere decir que el fenómeno se haya reducido, simplemente al cerrarse la actividad económica en mayor proporción dentro del sector informal afectó estos indicadores. Aquí lo preocupante es el rebote que pudiera llegar a tener, si la economía no genera la cantidad de trabajos para absorber a toda la población, podríamos ver un repunte considerable dentro del sector informal”, acotó Roberto Gerhard.