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La credibilidad y su importancia en la sucesión de empresas familiares
El nuevo directivo requiere ganarse la confianza de los colaboradores e inversionistas.
El proceso de sucesión entre generaciones es uno de los momentos más importantes dentro de las empresas familiares, y una de las incógnitas que se generan al momento de colocar a un nuevo dirigente en la organización es la credibilidad que tendrá y cómo se relacionará con los colaboradores, los inversionistas, proveedores y actores del gobierno con quienes se tenga relación.
Bajo este contexto, Iván Lansberg, fundador del Instituto de Empresas Familiares y socio de la firma de consultoría Lansberg Gersick Advisors, consideró que solventar los cuestionamientos de credibilidad y capacidad que llegan para el miembro de la nueva generación que tomará el mando de la empresa, es un reto al que deben prepararse para tener un proceso de transición más efectivo.
“Tenemos claro que el sucesor en una empresa familiar tiene el derecho de ocupar ese puesto y tendrá el poder de tomar decisiones, pero en esta época es muy común cuestionar cuáles son sus capacidades para dirigir y con qué credibilidad manejará la relación con el entorno de la compañía, en el interior con los colaboradores, socios e inversionistas y al exterior con clientes, proveedores y gobierno”, comentó Iván Lansberg.
Al momento de la sucesión de liderazgo se presentan dos factores, primero está el poder que va a ejercer como dirigente de la organización y el segundo será la autoridad que tenga para influir en las personas.
“Uno de las dificultades más grandes a los que se enfrentan los sucesores es la forma en que aplicará su liderazgo, para esto debe entender la diferencia entre poder y autoridad, porque el primero ya se lo otorgaron al llegar al puesto que tiene, pero la autoridad se tiene que ganar, porque es el derecho que te dan los colaboradores y el entorno de la empresa de influenciar en ellos, si logran ganarse a las personas, la transición será más efectiva y creerán en el nuevo proyecto que se plantea”, indicó Lansberg.
Pruebas iterativas
Lansberg explicó que una de las mejores formas de ganar la autoridad dentro de la compañía es a través de pruebas iterativas, pues es un método con el que los colaboradores podrán extraer información de su nuevo líder, saber de dónde viene, cuáles son sus credenciales para ocupar el puesto.
No se refiere a exámenes o evaluaciones, se trata de la manera en que los sucesores establecen la confianza con las personas y las entidades cuyas vidas van a influir. A partir de estas pruebas, los seguidores extraen la información que necesitan sobre el líder para concluir si estarán en buenas manos”.
En muchas ocasiones los colaboradores no conocen a la persona que tomará el cargo y, de forma muy natural, surgen los cuestionamientos sobre su capacidad y cuál será el rumbo de la organización, y de no tener la apertura de aclarar las dudas el proceso de sucesión puede volverse ríspido.
Acércate a los colaboradores
Se plantean tres pruebas con las que los sucesores pueden acercarse a los colaboradores y entablar una mejor relación que mantenga la productividad y la sincronía de los objetivos de la empresa.
La primera es realizar pruebas de mérito, que implica saber cuál fue su educación, su trayectoria profesional, experiencia, premios, trabajos comunitarios y especialmente sus valores.
La segunda es la prueba autoimpuesta, es decir, expresar de forma clara las expectativas que se espera cumplir y valorar las que se tienen sobre él, para definir objetivos claros.
Por último, la prueba circunstancial, que son los retos fuera de lo planeado, muestran cómo se maneja en situaciones inesperadas y saber cuál es su capacidad de adaptación.