La familia y las políticas laborales

Las empresas tienen el objetivo final de generar utilidades a través de poner a disposición de la sociedad bienes o servicios para satisfacer necesidades. Desde las grandes empresas hasta las familiares, para cumplir con el objetivo señalado, hacen uso del trabajo de las personas, que tiene que ser remunerado de acuerdo con los rangos vigentes en el mercado laboral, las responsabilidades que conlleva y los conocimientos y experiencia.

En las empresas de corte individual que van progresando hacia ser familiares es común que el empresario quiera involucrar a su familia en el negocio. Ahí se encontrará con la primera situación, los hijos o familiares pueden tener diversos intereses, habrá algunos a quienes sí les entusiasme el negocio y otros para los cuales, es simplemente el lugar en donde el padre generaba dinero para mantener a la familia, y fuera de eso no hay mayor interés por participar. En algunos casos, el empresario impulsa a toda la familia para participar, ya que considera que todos deben cooperar al bienestar del negocio.

En el caso mencionado en el párrafo anterior, los problemas surgen cuando los miembros entusiasmados ayudan más y sienten que no se les da el trato preferente que se merecen, por otro lado, los que están en el negocio sin ese impulso, consideran que se merecen el mismo trato de aquel que sí coopera, simplemente por que son hijos y en consecuencia iguales.

En el otro escenario, están aquellas empresas que ya son muy grandes y tienen un grado importante de institucionalización. En este caso, ya sea el empresario o un funcionario de alto nivel, estará tentado a que alguno o varios de sus familiares, entren a trabajar a la empresa para ayudarlos en su desarrollo profesional y económico. En este caso, los demás empleados, podrán considerar que esas personas no tienen tanto derecho como ellos a esos puestos, ya que no se los han ganado por méritos propios como cualquier otro.

Siempre es necesario que el empresario sea estricto y claro en establecer y hacer cumplir políticas de personal, que deberán incluir como mínimo los siguientes criterios:

• Cualquier persona que trabaje para la empresa deberá demostrar los conocimientos y la capacidad necesarios para desempeñar el puesto asignado.
• Todas las tareas asignadas deberán ser cumplidas puntualmente, con eficiencia y eficacia.
• Todos los puestos de trabajo deberán tener una evaluación periódica y objetiva.
• Si existen familiares en la empresa, no deberán trabajar en la misma área ni estar bajo la supervisión de alguno de ellos.
• Los ascensos de puesto y asignación de responsabilidades deberán estar basados en los resultados de sus evaluaciones, y haber demostrado un desempeño superior a los demás empleados.

En el caso de las empresas familiares, también, el jefe del negocio y de la familia, deberá fijar un salario justo a cada miembro de la familia que participe en el negocio y evitar que se tomen atribuciones sobre los bienes y recursos de este. Debe ser muy estricto en exigir un cumplimiento puntual de las labores asignadas y dejar claro que cada miembro de la familia será evaluado objetivamente de acuerdo con el grado de cumplimiento de sus tareas.

A veces será necesario que el empresario se apoye de algún externo independiente y experto para generar las políticas y procedimientos aplicables al capital humano, así como asesorar en su aplicación.