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El Empresario

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La medición al desempeño de la empresa

Los estados financieros de la empresa deben proporcionar suficiente información para determinar si el funcionamiento de la misma es más eficiente, igual o peor que otras empresas similares.

En semanas anteriores hemos estado hablando de los marcos de referencia para la contabilidad y la preparación de información financiera de las empresas; sin embargo, ¿Cuál es el objetivo de que todas las empresas se ajusten a un mismo marco de referencia?

Muchos dueños de empresa me han preguntado, cuál es la obsesión de los contadores por ciertas reglas contables. Como mencionamos la semana pasada, las reglas contables no dependen de los contadores, sino de cuerpos colegiados independientes que agrupan investigadores expertos de diferentes áreas relacionadas con las finanzas.

Todas estas reglas contables han sido emitidas desde hace más de cincuenta años con objeto de que los interesados en analizar la información de las empresas, puedan hacerlo de una manera uniforme tomando en consideración que a situaciones similares se utilizan reglas similares.

Warren Buffett, uno de los inversionistas y manejadores de fondos de inversión más exitosos del mundo, decía que a la hora de tomar una decisión de invertir, era más importante conocer a la empresa que su desempeño en el mercado. Con esto hacía referencia a que tenía que medir como se desempeñaba en su operación, así como otros factores, antes que hacer caso de las fuerzas especulativas.

Con este objetivo, los analistas examinan la información financiera de la empresa para determinar el desempeño de la misma y de qué forma llegó a sus resultados antes de juzgar el resultado en sí mismo.

Los estados financieros de la empresa deben proporcionar suficiente información para determinar si el funcionamiento de la misma es más eficiente, igual o peor que otras empresas similares.

Muchas veces el ver que una empresa vende más que otras, podría atraer más inversionistas; sin embargo, si nos acercamos a la información financiera, podríamos determinar que la que vende más es menos productiva que alguno de sus competidores de menor tamaño, ya que puede ser que su margen de utilidad sea menor. Es decir que a la hora que comparamos la proporción de la utilidad contra las ventas, encontramos que la más grande tiene tanta carga de costos y gastos que merman la obtención de utilidades.

Un ejemplo de lo anterior es lo que les pasó a las compañías automotrices de Estados Unidos en la primera mitad de la década de los 2000, en donde siendo las empresas de su ramo más grandes del mundo, el peso de sus costos y gastos hizo que perdieran competitividad contra empresas Japonesas y de otros países que al ser más eficientes lograron mejores resultados. Al final, las compañías norteamericanas, tuvieron que entrar en procesos de reestructura y desinversiones que provocaron que perdieran el liderazgo en tamaño, pero les ayudó a ser más productivas.

A la hora de evaluar el desempeño, también es necesario evaluar la forma en la que los recursos de la empresa son utilizados. Por más grande que sea cualquier empresa, los recursos no son ilimitados, y en consecuencia si no son bien administrados, pueden dejar de fluir de una manera adecuada. Por ejemplo si la política de pagos a proveedores no toma en cuenta los plazos de crédito que se otorgan a los clientes y el tiempo que tarda el producto que ofrece en ser producido y colocado en el mercado, llega un momento en que los recursos están atorados en cuentas por cobrar e inventarios y no queda efectivo para pagar a los proveedores. En números en la posición financiera de la empresa parecería que está muy saludable con mucho capital de trabajo pero en términos reales, no tiene liquidez y en por lo tanto no podrá pagar a sus proveedores.

El autor es Socio director de PKF México.

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