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La reestructura en las entidades
La administración deberá responder con prontitud a cualquier evento que requiera un ajuste a las operaciones con objeto de evitar una sobre capacidad a la demanda existente.
Cuando hablamos en esta columna de la administración, nos referimos a cualquier persona o grupo que tienen la responsabilidad de dirigir las actividades de cualquier tipo de entidad para cumplir los objetivos.
Así, la existencia de la entidad está asegurada mientras tenga objetivos que cumplir, esté en posibilidad y tenga los recursos suficientes para llevarlos a cabo. La subsistencia de cualquier entidad; comercial o gubernamental, cuyo fin es cubrir alguna necesidad social, siempre dependerá de esas dos premisas, objetivos claros y recursos.
Una de las funciones de la administración es asegurar que las dos condiciones permanezcan vigentes y disponibles. Para esto, tiene que estar alerta de las amenazas y oportunidades.
La administración tendrá la misión de asegurar la subsistencia de la entidad y maximizar el cumplimiento de los objetivos que persiga, siempre buscando exista un crecimiento coherente con el de la población y economía. Así mismo tendrá que responder con prontitud a cualquier evento que requiera un ajuste a las operaciones con objeto de evitar una sobre capacidad a la demanda existente, en ese momento tendrá que tomar la decisión de reducir las operaciones al nivel que la demanda requiera.
Ya sea para proteger a la entidad de amenazas o aprovechar oportunidades, la administración podrá recurrir a la reestructura de la entidad.
Existen muchas alternativas de reestructura en las entidades, de las cuales, enumero algunas a continuación:
- La consolidación de diversas áreas operacionales para hacerlas más eficientes;
- La eliminación de actividades redundantes en las operaciones de diversas áreas y de actividades no redituables a los fines de la entidad;
- La desincorporación de actividades no compatibles o no esenciales con la actividad principal de la entidad;
- La transformación o modernización de actividades para hacerlas más redituables;
- La incorporación de otras actividades que complementen y abonen a hacerlas más productivas;
- La incorporación de actividades similares a las de la entidad para incrementar la habilidad de esta de atender a un mayor número de clientes, usuarios o beneficiarios.
La reestructura se puede llevar a cabo con alguna de las estrategias anteriores o una combinación de ellas. Para seleccionar las más adecuadas, la administración tendrá que hacer un análisis para determinar los beneficios y costos.
En caso de consolidar diferentes áreas operacionales y en la eliminación de actividades redundantes o no redituables, se requiere que el análisis incluya las actividades y objetivos de las áreas, los usuarios del producto de las tareas, y el uso y beneficia que se le da al mismo; también la posibilidad de homologar las tareas que cada una de ellas tiene y las habilidades requeridas en las personas que las integran para fusionar las tareas similares y lograr los objetivos.
La decisión de desincorporar actividades dependerá de la dirección estratégica de la administración, para esto deberá revisar la visión y misión, y en su caso hacer los ajustes de los planes estratégicos y la organización de la entidad.
La modernización de operaciones siempre requiere un cierto nivel de reestructura, ya que nuevos métodos utilizando y tecnologías requieren tareas diferentes e incluso eliminación de tareas y puestos. La administración tendrá que hacer el análisis de costo contra beneficio de dicha estrategia para tomar la decisión más adecuada para la entidad.
Por último, la incorporación de nuevas actividades o actividades iguales que sumen a la entidad su capacidad de producción, dependerá del análisis que lleve a cabo la administración en relación al potencial de sumar dichas actividades y a la capacidad, así como el costo de los ajustes que tendría que llevar a cabo la entidad.