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La sucesión testamentaria en la empresa familiar
Existen temas que, como personas, no nos gusta hablar; sin embargo, es necesario considerarlos y prever las acciones a tomarse. Ese es el caso de la sucesión testamentaria. No nos gusta pensar que algún día no vamos a estar, pero es un hecho que va a suceder. No importa si somos grandes potentados o pequeños ahorradores, normalmente vamos a dejar algún tipo de legado sobre el cual es necesario que dejemos claro como va a ser distribuido.
Pero, para el empresario, el problema del testamento no termina en la distribución de bienes o valores entre los herederos, también es dejar todo preparado para que la empresa que con tanto trabajo construyó continúe operando para los herederos e inversionistas.
El objetivo al definir la sucesión, es dejar todos los preparativos para asegurar una continuidad del negocio, procurando que esa continuidad la lleve a cabo la persona mejor preparada. Esos preparativos no solo requieren que se designe a un indicado, sino que todos los demás herederos estén convencidos de que esa es la decisión adecuada y, en la medida de lo posible, prevenir las luchas de poder o por el control entre los herederos. Todos ellos, deben estar convencidos de que hay justicia en la designación y que todos van a ser beneficiarios.
Con objeto de lograr una sucesión y planes hereditarios exitosos, el testador debe preparar con mucha anticipación los planes y documentos de distribución de bienes y valores, y a las personas herederas. Debe empezar por evaluar las capacidades de cada uno en la empresa. Esa evaluación debe ser dada a conocer a cada uno de ellos y comunicar las habilidades y limitaciones que puedan tener, así como su disposición de hacer equipo para lograr objetivos comunes entre todos.
Conforme se determinen todas las habilidades se deberá entrenar a quién quiera involucrarse en la empresa, sobre todo en los aspectos que muestren mayor interés y habilidades. Este entrenamiento debe partir desde el conocimiento de las actividades de la empresa; sus funciones más básicas hasta las decisiones estratégicas, incluyendo las consecuencias de las buenas y malas decisiones. También deberá concientizar a los demás herederos que no quieran involucrarse en la empresa en cuanto a los beneficios que les proporciona la compañía y de que maneras se los genera.
En todo este proceso deberá promover reuniones familiares de discusión constructiva de los asuntos empresariales, que deberán ser separados de los asuntos familiares, sean festivos o no. En estas juntas familiares, deberá seguir y promover el cumplimiento de un protocolo de participación, que incluya el respeto a las opiniones de los demás y la proactividad de todos, sin que existan descalificaciones, pero promoviendo la discusión con fundamentos y conocimiento previo de los asuntos sobre los que cada uno quiere opinar o aportar.
Conforme todos los herederos encuentran su lugar en las operaciones de la empresa, van comprendiendo que su participación, sin importar la posición, tendrá un efecto de beneficio en cada uno de los herederos.
Termino el artículo de hoy con un mensaje que hace unos días un pariente y lector me hizo llegar a través del chat familiar y fue la inspiración de hoy. “Le consultaron al fundador de Dubai, Shaikh Rashid Bin Saeed Al Maktoum, sobre el futuro de su país, y este respondió: “Mi abuelo, andaba en camello, mi padre en camello, yo ando en un mercedes, mi hijo en Land Rover y mi nieto va a andar en Land Rover, pero mi bisnieto va a andar en camello.” ¿Por qué? Tiempos difíciles generan hombres fuertes, hombres fuertes, generan tiempos fáciles, tiempos fáciles generan hombres débiles y hombres débiles generan tiempos difíciles.”