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El Empresario

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Lecciones de pandemia y época de declaración anual de impuestos

Hemos cumplido un año en esta situación que nadie nos informó que íbamos a pasar. Al principio nos dijeron que el encierro duraría tres semanas, conforme pasó el tiempo, el plazo se amplió a tres meses, luego a seis y después que implementaran el famoso semáforo para alertar de la situación y en función de las estadísticas de atención hospitalaria y casos detectados, nos bajarían la suspensión de actividades o la subirían. Esto todos lo conocemos y lo hemos vivido.

Hemos cumplido un año en esta situación que nadie nos informó que íbamos a pasar. Al principio nos dijeron que el encierro duraría tres semanas, conforme pasó el tiempo, el plazo se amplió a tres meses, luego a seis y después que implementaran el famoso semáforo para alertar de la situación y en función de las estadísticas de atención hospitalaria y casos detectados, nos bajarían la suspensión de actividades o la subirían. Esto todos lo conocemos y lo hemos vivido.

Sin embargo, la pandemia ha tenido su costo. Muchos negocios han sido afectados y los espectáculos presenciales han sufrido; sin embargo, algunos supieron adaptarse a la nueva situación utilizando herramientas de tecnología de comunicación para hacer llegar a su público su arte. Los restaurantes también han sufrido, pero también algunos se adecuaron utilizando la tecnología y las empresas de logística para vender sus productos. La hotelería ha sufrido más, ya que la actividad turística cayó a niveles del 20% y 25% de ocupación, muy por debajo del nivel mínimo de ingresos para sobrevivir.

En todos esos casos, algunos negocios sobrevivieron y otros cerraron, pero todos tienen costos muy altos que deberán amortizar en el futuro. Sin embargo, los que más lo sufrieron fueron los empleados, los que atienden las taquillas, acomodadores, de las dulcerías en los cine; los meseros y garroteros en los restaurantes; los empleados de los hoteles que tuvieron que cerrar durante varias ocasiones o que simplemente sufrieron la reducción de personal, los agentes de viajes, los operadores y guías de turismo, solo por mencionar algunos.

Con todo lo anterior, ¿qué aprendimos? Las empresas que sobrevivieron fue, primero por mantener sus finanzas sanas y un estricto control de los flujos de efectivo, eliminando aquellos gastos e inversiones que no eran prioritarios; segundo, negociaron con sus empleados y los hicieron partícipes de las estrategias, pidiéndoles que participaran en la reducción de costos y ahorros; tercero, fueron creativos, buscaron nuevas formas de hacer negocio, utilizaron los nuevos medios tecnológicos y buscaron otros nichos de negocios emergentes que pudieran operar; cuarto, negociaron con todos sus acreedores y buscaron nuevas fuentes de financiamiento, reestructuraron deudas aprovechando las facilidades que las instituciones financieras y el gobierno otorgaron.

Aquellas empresas que llegaron con problemas financieros y no supieron aprovechar esas oportunidades, tuvieron que cerrar; aquellas que aún con problemas buscaron y sacaron provecho de dichas oportunidades, lograron sobrevivir. Algunas también, pudieron mejorar su situación y sacar provecho de todos los espacios que se abrieron en la pandemia.

Impuestos

Con o sin pandemia, las diferentes autoridades fiscales, nos recuerdan que tenemos una obligación constitucional de aportar nuestra parte para el gasto público. Ahora el 31 de marzo, es el límite para que todas las personas morales (empresas, organizaciones y cualquier otro tipo de entidad jurídica), presenten sus declaraciones de impuestos federales, que además ya vienen con datos precargados por las bases de datos del SAT.

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