Micronegocios, el motor económico mexicano

La banca comercial y los intermediarios financieros han identificado un gran potencial entre las pequeñas y medianas empresas (pymes).

A pesar de que en la actualidad existen diversos programas impulsados por el gobierno federal para apoyar a estos negocios, la falta de información es uno de los factores que ha propiciado la limitada participación de las instituciones bancarias y no bancarias al interior del sector.

“Hay desconfianza por parte de las pymes, una falta de información hacia ellas y apenas 8% de ellas tienen accesos formales a créditos”, destacó Víctor Calderón, socio director de la consultoría ArCcanto.

Sofoles, Sofomes, uniones de crédito, cajas de ahorro, crédito popular, arrendadoras y empresas de factoraje son algunos de los intermediarios financieros que tienen como función legal apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y por lo tanto, trabajan con programas de gobierno con la Secretaría de Economía (SE) y Financiera Rural.

La operación de estos organismos permite además que las empresas puedan acceder con mayor facilidad al financiamiento, dado que les representa una tramitología más ágil.

“Son más de 150 instituciones serias y que resultan confiables para quienes van a solicitar un crédito, ya que las entidades de ahorro y crédito popular son vigiladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV)”, detalló por su parte, Antonio Nava, experto en financiamiento.

A través de estas entidades financieras fue que se pusieron en marcha varios programas de la Secretaría de Economía en apoyo de los emprendedores con ganas de iniciar su propio negocio; entre ellos, el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim).

Según información de la dependencia, estos créditos emplean garantías que no son tradicionales en los bancos como el compromiso moral y social.

Además los préstamos son por cantidades pequeñas, y deben ser devueltos en pagos parciales con una tasa de interés baja.

Experiencias con éxito

Merly Marisol y su esposo Raúl abrieron una ferretería en la población de Imán, Yucatán a través de la Microfinanciera EMPRO Consultores y Pronafim.

“Comenzamos con pocos productos pero cuando conocimos a la microfinanciera Empro, poco a poco y con mucho trabajo nos hemos hecho de una buena imagen”, aseguró la emprendedora.

Su contacto inició hace tres años a través de un préstamo individual y actualmente participan en uno grupal con mujeres de la colonia.

“La atención es muy importante, incluso a fin de año invitamos a nuestros clientes a una comida con taquitos de pavo, se hacen regalos y se les agradece su preferencia”, dijo por su parte Raúl.

Ahora los microempresarios planean a través de estos créditos hacer crecer su negocio, tener un local más amplio y contar con mayor surtido de mercancía.

En Chihuahua, Jesús Guerrero concretó en el 2005 su negocio cuando a través de la microfinanciera Fundación del Empresariado retomó la elaboración de chorizo, luego de que cinco años atrás fracasara por falta de financiamiento y distribuidores.

A través de esta financiera, obtuvo un préstamo que le permitió tener mayor liquidez e incrementar sus clientes de tres a 15.

“Uno de los aspectos más importantes es que el trabajo hace hombres y eso es lo que hemos hecho con nuestro negocio: formar estudiantes y profesionales responsables y comprometidos con lo que hacen”, aseguró Guerrero.

Entre sus metas más próximas está iniciar la elaboración de ahumado de lomo y pierna de cerdo, así como la producción de carne seca.

Ante la necesidad de ayudar a su esposo -inmigrante en Estados Unidos desde hace siete años- con los gastos del hogar, María Blanca Santos Casas comenzó con la elaboración de bolsas de popotillo y actualmente de henequén.

Radicada en Victoria Guanajuato, en el 2002 solicitó un crédito a la microfinanciera Santa Fe en esta entidad para comprar material y confeccionar sus productos.

Sus ganancias y créditos obtenidos le han permitido solventar los estudios de sus hijos, adquirió una camioneta para repartir sus bolsas y ahora planea vender en las poblaciones aledañas a su localidad hasta conquistar con el paso del tiempo a clientes de otros estados.