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Perspectivas fiscales
Las tan esperadas elecciones ya terminaros y los resultados ya los conocemos, existen muy pocas probabilidades de que haya cambios significativos entre los números preliminares y el conteo oficial y las declaratorias oficiales por parte del INE.
Dejando atrás las sorpresas, la realidad es que el país seguirá funcionando y la economía del país seguirá generando empleos, producción y multiplicando recursos. Las perspectivas para las empresas no cambian demasiado, ya que las condiciones políticas no tienen ni tendrán una influencia muy significativa en los hábitos de consumo y ahorro de la sociedad en general.
Dado el anuncio de la candidata ganadora, de mantener al actual secretario de hacienda y de mantener la actual política fiscal y de equilibrio presupuestal, tampoco se avizora algún efecto significativo en la economía.
Sin embargo, los compromisos sociales, seguirán ejerciendo una presión no poco relevante en el gasto público. La capacidad del ejecutivo para obtener recursos de los ahorros presupuestales o utilización de “ahorros del pasado”, si bien siguen existiendo, ya está bastante reducida.
Aún cuando existe la promesa de que no habría una reforma fiscal, no queda claro por cuanto tiempo. Aparentemente es una promesa de carácter anual, sin que forzosamente sea renovada. La verdad es que todos los estudiosos del tema han declarado que es necesaria una reforma que asegure un incremento en la recaudación como porcentaje del PIB.
Las principales propuestas de campaña de la Dra. Sheinbaum, en el ámbito económico y fiscal fueron:
- Incrementar la recaudación de grandes contribuyentes. Esto se puede lograr a través de la implementación de un impuesto mínimo a las grandes empresas, medida que ha sido recomendada por la OCDE a todos los países miembros.
- Profundizar la simplificación y digitalización de procesos del SAT.
- Mantener la prohibición de condonación de impuestos.
- Mantener la deuda pública a un nivel igual o menor al registrado en la administración anterior (actual).
- Profundizar el régimen simplificado de confianza.
- Implementación de un programa de regularización fiscal y reducción de cartera vencida.
- Respetar la autonomía del Banco de México para garantizar una política monetaria eficaz y estable.
- Promover los sectores industriales clave como semiconductores, electrónica, electromovilidad, dispositivos médicos y agroindustria.
- Fomentar el nearshoring y la relocalización de empresas, priorizando inversiones sostenibles, en beneficio del pueble mexicano.
- Implementar un sistema de monitoreo del gasto público para evitar subejercicios.
Los puntos que son relevantes para efectos fiscales es el impuesto mínimo a las grandes empresas, que el partido mayoritario podría aprobar con mayoría simple con o sin la concurrencia de la oposición. La prohibición de la condonación de impuestos, que en mi humilde opinión contrasta con la implementación de un programa de regularización fiscal y reducción de cartera vencida, ya que, en algunos o muchos casos, la posibilidad de pago de causantes pequeños solamente podrá realizarse con algún tipo de quita.
Por supuesto, durante los últimos 20 años, la automatización de los procesos del SAT, han facilitado y mejorado la recaudación, por lo que esta propuesta, es un tema que, por inercia y salud, puede ser lograda.
Ya veremos la forma en que el equipo de transición, una vez que tome conocimiento de la situación real del presupuesto y finanzas públicas, haga ajustes y decida los procesos de implementación y ajustes de dichas propuestas.