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Productos para el amor, en expansión

Menos tabúes, más soluciones... y ganancias.

miércoles 09 de marzo de 2011 - 20:27

Hace unos 11 años, la llegada de Viagra o Sildenafil (como se le conoce en el lenguaje especializado) rompió tabúes y detonó la revolución sexual de nuestra época. Hoy son abiertamente aceptadas las disfunciones sexuales; es entendida la importancia de consultarlo con el médico, de ir al sexólogo, además de que existe un creciente mercado que cubre la búsqueda de una mayor satisfacción sexual o, simplemente, para ser mejores amantes. Este año (junio), vence la patente de Viagra, con lo que el mercado podría crecer aún más.

Ante esa mayor amplitud de criterio, las opciones de productos para mejorar la vida sexual han ido en crecimiento. La industria farmacéutica formal tiene opciones científicamente probadas y portafolios muy valiosos.

Sólo en México, las ventas de fármacos para disfunción eréctil en varones — que benefician implícitamente a las mujeres— sumaron cerca de 2,500 millones de pesos en el 2010, un equivalente a 200 millones de dólares. Esto de acuerdo con cifras obtenidas en IMS Health, la empresa más reconocida en estadística farmacéutica.

Otro segmento que ha crecido en los últimos años, desde que se autorizó su consumo en el sexenio foxista, es el de la pastilla del día siguiente. Al cierre del 2010, las distintas marcas de la pastilla de emergencia vendieron más de 500 millones de pesos. Quizá éstas no sean para la satisfacción sexual —se ubican más bien en el rubro de anticonceptivos—, no obstante, su creciente consumo es indicio de que han sido alternativa en el campo de la actividad sexual. Entre las marcas más vendidas están: Post-day, Glanique, Cerciora, Postinor-2, Alterna, Levonorges, Dna GI, Oportuna y Silogin.

Eyaculación precoz, el primero

En el 2009 surgió otra opción, el medicamento para eyaculación precoz Janssen-Cilag. El ala farmacéutica de Johnson & Johnson lanzó Priligy (dapoxetine) con una gran expectativa. A la fecha no se conocen cifras de sus ventas, pero hay datos que ubican la incidencia de eyaculación precoz incluso más elevada que la disfunción eréctil. “La disfunción reina entre los hombres, sin lugar a dudas”, afirma el sexólogo clínico David Barrios, miembro fundador de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología y autor del libro Resignificar lo masculino.

Luego del éxito taquillero de Viagra (de Pfizer), que le llevó a ser el medicamento más vendido en todo el mundo, y sus posteriores competidores Cialis (de Lilly) y Levitra (de Bayer), las multinacionales apostaron por invertir cuantiosas cifras en investigar y desarrollar nuevas moléculas que ayudaran a la vida sexual.

La gama de productos para la satisfacción sexual va en aumento en distintos nichos: condones, geles y lubricantes vaginales. Los preservativos ofrecen cada vez más diversidad de presentaciones y hoy venden alrededor de 1,000 millones de pesos anuales (unos 75 millones de unidades); en tanto, los geles y lubricantes vaginales se acercan a los 19 millones de pesos. Con todo, hoy en día no ha surgido otro segmento que haya llegado a niveles de ingresos de cientos de millones de pesos en México y miles de millones de dólares en el mundo, como la disfunción eréctil.

El mercado femenino, desatendido

Si se observa la gama, las opciones existentes, ya sea tipo afrodisiacos o para disfunciones sexuales (disfunción eréctil o eyaculación precoz) se dirigen ante todo al segmento masculino.

No existe aún alternativa para las disfunciones femeninas, que también las hay. El laboratorio alemán Boehringer Ingelheim estuvo muy cerca de lograr una molécula para el trastorno del deseo sexual hipoactivo, es decir, la inhibición del deseo o líbido dormido, una disfunción igual o más generalizada que la eréctil de los varones. Invirtió millones de dólares en estudiar la flibanserina, como se llamó a dicha molécula.

Cuando el año pasado ya se daba prácticamente por hecho que saldría al mercado y los sexólogos la esperaban, la Federal Drug and Administration (FDA) -el regulador sanitario de EU que rige las autorizaciones médicas a nivel mundial- a últimas fechas ha tomado un tono más estricto con los laboratorios.

La farmacéutica alemana ya ubicaba a la nueva terapia como una próxima estrella taquillera, dada la evidente necesidad de esta opción para las mujeres, pero al ver que se alargaría el proceso, quizá por años, decidió no invertir más dinero. No veía la certeza de una autorización, de modo que ya no quiso asumir el riesgo.

La flibanserina -que ya se le llamaba el “Viagra femenino”- fue la opción terapéutica más cercana que iba dirigida a la satisfacción sexual de la mujer, pero desafortunadamente quedó en el camino y no llegó a ser medicamento.

Oportunidad de mercado la hay. Son diversas las necesidades de opciones médicas para disfunciones sexuales en la mujer. Los sexólogos las tienen ubicadas: desde la preorgasmia (es cuando se siente que el orgasmo ya viene pero nunca acaba de llegar; digamos que el síndrome del ya merito); la anorgasmia (la ausencia de placer orgásmico), hasta el vaginismo (contracción involuntaria de la vagina) y la dispareuna (dolor en el coito).

Lo que faltan son alternativas terapéuticas para atenderlas.

Los números

De ser un mercado prácticamente subrepticio y sin mucho respaldo científico hace apenas un par de décadas, el de la satisfacción sexual es ahora uno vigoroso que no se conforma con poco y va por más.

El mercado sexual

$2,500 millones fue el valor de la facturación por ventas de fármacos para la disfunción eréctil en el 2010.

$335 millones fue el monto al que ascendieron en el 2008 las ventas de las marcas M Force, de Genomma Lab.

$512 millones fue el valor de la facturación por ventas de fármacos anticonceptivos para atender emergencias.

US4, 000 millones es el monto de ventas a nivel mundial que en el 2009 registró Pfizer por Viagra, su producto estrella contra la disfunción eréctil.

Junio del 2011 es el plazo en el cual vence la patente del Viagra, por lo que a partir de esa fecha el producto podrá ser elaborado como medicamento genérico.