Lectura 3:00 min
Pymes mejoran su contabilidad y seguridad con máquinas de cobro automático
Los pequeños negocios que implementan autopagos reducen el tiempo en su contabilidad al final del día y eliminan el robo hormiga.
Evitar el contacto directo con el dinero mientras se despacha llevó a Isis, encargada de la panadería Santa Ana a implementar máquinas de cobro automático, lo cual le ha permitido brindar una mejor atención al cliente y tener una buena administración del negocio.
“Lo hicimos porque vimos la ventaja de no involucrar las manos con el cambio, porque es un punto de inocuidad. En una panadería pequeña estas manipulando un pan y al mismo tiempo le cobras, y no es higiénico”.
Pero el autopago no solo ha permitido que los trabajadores de la panadería, ubicada en Iztacalco, no tengan contacto con el dinero, también tener una mejor administración del negocio, porque se reduce el tiempo de contabilidad al cierre del negocio y se elimina el robo hormiga.
En ello coincide Joan Vicente Morató, director comercial de Cash Protect, quien dice que con la máquina de cobro el negocio sabe exactamente cuánto ingresa, pues el sistema registra cada transacción, incluso se pueden enlazar los cobros con tarjeta.
Además, combate la desconfianza porque muchas veces los pequeños empresarios prefieren colocar en la caja a un familiar o amigo para evitar que falte el dinero.
Tienen que poner a alguien de su confianza para el cobro, es un puesto que realmente lo puedes heredar a un equipo y que este haga la función de cobro, para que la persona de confianza se dedique, por ejemplo, a atender mejor a los clientes, a dar mejor servicio o hacer venta cruzada, con lo cual cambia el negocio”.
Adopción y retos
En México aún no se tiene una adopción de las máquinas de cobro automático, como la que hay en Europa, pero cada vez más negocios, y sobre todo pymes, ven los beneficios, como la seguridad, puesto que es más difícil acceder al efectivo y detecta billetes falsos.
Isis comenta que la tecnología es una novedad para muchos clientes y hay quienes lo agradecen, pero otros a los que se les dificulta su uso, porque no están acostumbrados, sobre todo con algunas denominaciones de billetes, porque a pesar de que las máquinas — que en su mayoría son europeas — están adecuadas a la moneda mexicana, no aceptan ciertas denominaciones, como los billetes nuevos de 50 pesos o las monedas pequeñas de 50 centavos.
Eso ha llevado a los negocios a modificar sus precios, “porque si tengo un bolillo de 2.5 y solo se van a llevar ese bolillo, no tengo el suficiente cambio de monedas doradas para dar; ¿qué hacemos? Nos ajustamos en los precios o redondeamos con la bolsa de 50 centavos. Es una desventaja”.
Otro problema que ven los comerciantes es el manejo de los billetes de los clientes, porque los suelen doblar o arrugar, y la máquina no los acepta, y aunque se suelen colocar letreros del tipo de billete que no se acepta o que no deben estar doblados, los usuarios no siempre lo leen. A pesar de esto los consumidores cada vez más consientes.
Joan dice que a la máquina se le pone un fondo fijo, la famosa caja chica, que puede ser de 5,000 o 10,000 pesos, lo cual garantiza que durante el día se tenga cambio. Además, se tiene un panel de control en el que aparecen todas las monedas y billete y la cantidad que hay de cada uno, y si baja alerta de la posibilidad de quedarse sin cambio lo cual permite rellenar a tiempo.