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Si esperas cambios, predica con el ejemplo
Este libro no es para emprendedores, sino para directivos que deben cuidar lo que la empresa tiene y, además, genera valor
“Recuerdo mi primer día de trabajo. Llegué a las 8:00 horas como los demás, a la semana se me acerca uno de mis colaboradores y me dice ‘usted es jefe llegue a las 10’. Si yo espero una transformación en la empresa lo primero que debo hacer es poner el ejemplo”, subraya Iván Gutiérrez, quien así resume una de las premisas principales de su libro El camino del director.
En El Empresario damos cabida a libros sobre management y la gestión en las organizaciones. Pocas veces tenemos oportunidad de platicar personalmente con los autores de los libros y las razones para escribir sus obras, por ello aproveché que el CEO de Central Servicios de estacionamientos, una de las mejores empresas para trabajar de acuerdo con la Revista Expansión, está en la misma ciudad y me reuní con él la mañana de un lunes en las oficinas de un corporativo en Polanco.
—¿El camino del director es un libro autobiográfico?
No quise volverme protagonista de la historia. No quiero eso, sino compartir las prácticas que a mí me resultaron, a tras de cada una de ellas hay una historia práctica personal.
En su libro, Iván Gutiérrez no se detiene en remembranzas personales. Su obra es más una guía operativa con lenguaje sencillo para salir del laberinto de la gestión empresarial. En ésta el autor destaca tres ejes: visión sobre lo que se desea, saber comunicar esos objetivos y alinear los incentivos hacia ese fin.
“Es un libro de management práctico de todas las áreas de la empresa, sobre cosas que a mí me funcionaron, consejos específicos, prácticos y pragmáticos”, expone el Gutiérrez y enfatiza el enfoque local de su obra de 190 páginas, editadas bajo el sello Conecta, de Penguin Random House.
— ¿Vio alguna necesidad para escribir este libro? ¿Llegaban a pedirle consejos?
Me cansé un poco de leer a escritores extranjeros, no todos consideran a la cultura mexicana y el enfoque local. Nuestra cultura tiene grandes virtudes, podemos resolver una situación particular de forma creativa y rápida, pero si deseamos tener un producto de calidad constante es necesario planear y medir. En las organizaciones, muchos sabemos lo que debemos hacer, pero no lo llevamos a cabo.
En el liderazgo –abunda- hay tres cosas importantes: tener visión, saber qué quiero y que resultados deseo; capacidad para comunicarlo hacia arriba y hacia debajo de la forma correcta, porque es responsabilidad de líder que los de abajo comprendan, y tercero hacer que las cosas sucedan.
— Se ha señalado que el empresario dejó de tener visión para crear y se dedicó a administrar. ¿Qué opina al respecto?
Ese es el conflicto que existe entre el directivo y el empresario o emprendedor. Uno está dispuesto a arriesgar y a generar valor, el directivo tiene que cuidar lo que ya tiene, a lograr mayores ingresos y mayor riqueza a partir de una visión que ya está ejecutada. Tomar riesgos conlleva a un resultado, qué tan dispuesto está el directivo a correr ese riesgo o a mantener el status quo.
Por eso el enfoque de este libro no es para emprendedores. Es para los que administran y manejan lo que ya existe.
— ¿Qué ha encontrado en su gestión?
Que una cosa es lo que llega al escritorio y otra lo que está pasando –en la compañía- . Otra es bajar y ponerse el uniforme de lo que se ejecuta. En el negocio que yo dirijo antes los valets usaban corbata, camisa blanca de manga larga y chaleco, pantalón de vestir y zapatos. Se veían muy pulcros, pero después de recoger tres autos y correr, la camisa se volvía negra, estaban sudados. Si juzgo por la visión, ese colaborador no cumplía con la imagen. Si me pongo la corbata y la camisa y corro por los autos caigo en cuenta que el que está mal soy yo o el ejecutivo que se le ocurrió vestirlos así. Y en ese instante cambiamos el uniforme por unas –camisetas- Polo, ahora están más cómodos, dan un mejor servicio y proyectan una mejor imagen.
Ese es uno de los grandes mensajes del libro: bajar a donde suceden las cosas para saber si lo que uno cree es real y posible.
— Finalmente, en momento de crisis dentro de la empresa ¿cómo se debe reaccionar?
El líder tiene que salir a hablar. Tuve la suerte de colaborar en dos organizaciones que estaban a punto de la quiebra y me tocó darle la vuelta a eso. Fue un cambio de cultura y para lograrlo el jefe debió dar el ejemplo involucrándose personalmente.
Las empresas existen para generar valor y riqueza y eso lo deben tener claro el directivo, el dueño y cada uno de los colaboradores…Muchas veces no logramos trabajar en equipo porque la organización no ha comunicado claramente lo que desea, ni ha dado los incentivos para que eso suceda. No te premio por generar riqueza, sino porque llegas temprano o por no faltar.
Al producir riqueza, aunque lo que me toca a mí es calidad, mi disposición será distinta porque me voy a preocupar porque lo que genere no sólo sea perfecto, sino que sirva de algo.