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Comparar para aprender y accionar
Viajar es un gran privilegio y normalmente un placer, aunque siempre hay imprevistos. En una ocasión, una guía de turistas nos dijo que la palabra travel viene de trouble, por lo que para viajar uno debe llegar con mente abierta y flexibilidad para observar, improvisar y enfrentar las sorpresas que puedan surgir.
Hace unas semanas visité Japón por primera vez y fue fascinante tener una probadita de la vida en un país desarrollado, con tecnología de punta accesible en la cotidianidad y una calidad de vida que se aprecia homogénea. Aunque contrastar no siempre es bueno, si la comparación es objetiva puede derivar en aprendizaje. Por ello me permito compartir algunos temas que observé y que podemos reflexionar como puntos de mejora en México.
• La infraestructura ferroviaria y de transporte es un distintivo de progreso, desde las pequeñas zonas rurales hasta las grandes ciudades. El Shinkansen o tren de alta velocidad facilita el intercambio comercial y permite que las jornadas de trabajo no se extiendan en el regreso a casa. En Japón, la inversión en este rubro es una mezcla de entidades privadas y públicas, donde de cara al ciudadano es de servicio y del propio orden que establecen los usuarios.
• Las calles lucen limpias sin botes de basura ni personal de limpieza, porque la gente se lleva su basura a casa, donde la separa y envía a un proceso de combustión no contaminante. Allí el concepto de limpieza está arraigado en la cultura porque desde preescolar los niños hacen el aseo en su salón y aprenden el valor del orden y el respeto a quienes realizan esas labores. Es fascinante que los baños públicos son extremadamente limpios, confortables, y con tecnología de higiene, incluso en estaciones de metro y zonas peatonales.
• La filosofía de productividad laboral y el compromiso de los colaboradores con sus empresas a largo plazo es destacable. Por ejemplo en las plantas de producción la filosofía es que cada tarea se hace bien, cada cosa tiene su lugar y el sistema es estandarizado y se respeta.
• En la educación, la disciplina es el primer paso en la formación de los niños para aprender matemáticas, como lo dicta el método Kumon de origen japonés y el desarrollo de habilidades y preferencias que ayudan a determinar si el alumno seguirá una carrera universitaria o una especialidad técnica.
• El cuidado de la naturaleza es otro tema esencial, ya que al menos 70% del territorio está cubierto por montañas y bosque.
Pero la balanza no siempre es positiva y en toda civilización hay situaciones desconcertantes. En Japón la cultura laboral es conservadora,con roles tradicionales muy arraigados para las mujeres en el hogar y con obstáculos que les impiden acceder a puestos de liderazgo. Como dicen, “tus fortalezas serán tus debilidades“, y en este país el compromiso extremo con el trabajo dificulta el balance de vida.
Por último, la reclusión social llamó mi atención ya que muchos jóvenes se retraen de convivir por estar inmersos en largas jornadas de trabajo, videojuegos o aplicaciones digitales que los aíslan de la sociedad.